EL DEBILITAMIENTO DEL PROGRAMA F-35 Y SUS CONSECUENCIAS

15.12.2016 16:32
Cuando hace tres días desde un conocido servicio de microblogging el Presidente electo de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump, arremetió contra el descabellado programa F-35 y las acciones de la empresa que encabeza el proyecto - Lockheed Martin - bajaron el 5% en la bolsa neoyorquina para cerrar con una baja final del casi 2,5%, muchos tuvieron que abrir los ojos y aceptar la realidad. El programa F-35 se convirtió en una pesadilla.
 
Las señales de alerta fueron muchas en los últimos tiempos, pero muchos no quisieron verlas ni escucharlas. A la larga lista de incidentes técnicos (algunos podrían ser considerados normales en un avión en desarrollo si no llevara tanto tiempo de desarrollo y tanto dinero gastado) se sumó, por ejemplo, el rechazo de Canadá al programa. El país vecino de EEUU y socio de la OTAN decidió no comprar el Joint Strike Fighter (JSF) y decidió elegir un avión mediante una licitación que se llevará a cabo en el 2017.
 
Ya antes se habló de una posible "estafa" del Pentágono al Senado estadounidense. El jefe de pruebas del Pentágono, Michael Gilmore,  criticó el borrador del informe que se enviaría al Capitolio, afirmando que partes del mismo eran, como mínimo, engañosas.
 
Por otra parte Israel acaba de probar sobre su territorio los F-35 que recibió recientemente. No faltaron los medios periodísticos que se llenaron de titulares ridículamente altisonantes, pero no todos ven al F-35 como una aeronave formidable. Ya trascendió que estos aviones, a pesar de ser furtivos, no servirían para atacar las instalaciones nucleares iraníes. En primer lugar porque las mismas están fuertemente defendidas por baterías antiaéreas y radares y el F-35 es difícil de detectar, no indetectable. En segundo lugar y más importante aún, porque el bajo alcance operacional del JSF obligaría al reabastecimiento aéreo, lo que complicaría muchísimo cualquier operación contra Irán (no es que apoyemos un bombardeo a ese país pero la hipótesis de conflicto existe).
 
La preocupación también surgió en España. A ese país los aviones podrían costarle más dinero del previsto si Trump decidiera reducir el número de aviones a comprar por parte de EEUU. El costo por unidad crecería y el Ejército del Aire y la Armada del país ibérico se verían en aprietos. No faltan quienes temen a la posibilidad de la cancelación  total del proyecto. No es lo que se afirma en le entorno de Donald Trump, que es crítico al proyecto, sabe que la capacidad militar de su país se va a ver resentida por estos aparatos caros y que no cubren las expectativas tecnológicas que se tenía respecto a ellas, pero que difícilmente pueda tirar todo lo invertido a la basura. Si se decide proseguir con el programa habrá que aceptar un avión tecnológicamente inferior al prometido o a seguir malgastando dinero. Posiblemente al F-35 le espera una agonía larga y lenta. Lo venimos advirtiendo hace tiempo.