GIBRALTAR: UN BUQUE ESPAÑOL INTERRUMPIÓ UN EJERCICIO MILITAR BRITÁNICO

19.02.2014 17:06

 

El conflicto que sostienen España y Gran Bretaña por aguas próximas a Gibraltar tuvo ayer uno de sus incidentes más osados en lo que respecta a las acciones españolas contra la presencia británica en la zona. El buque español SPS Vigía interrumpió un ejercicio de un grupo de paracaidistas de la Royal Navy especializado en el socorro de accidentes de submarinos. Se trata del grupo de élite SPAG. La dura protesta británica que siguió al hecho fue rechazada de plano por el gobierno español, alegando que el Vigía se encontraba en aguas españolas.

 

Este es uno más en una larga lista de incidentes en la zona. El 23 de junio del año pasado, un oficial de la Guardia Civil española habría efectuado disparos contra dos habitantes de Gibraltar que se desplazaban en un jet ski en “aguas territoriales británicas de Gibraltar”. Él o los disparos habrían sido efectuados desde una embarcación de la Guardia Civil.
 
Después de ese incidente Fabian Raymond Picardo, líder del Partido Socialista Laborista de Gibraltar (GSLP) y ministro principal de Gibraltar, manifestó que Argentina “invadió” las Islas Malvinas en la década de 1980 cuando había una "ausencia de la clase correcta de buques de la Royal Navy" en el Atlántico Sur. Picardo pidió una mayor presencia de la marina británica en Gibraltar.

 

En ese momento el Ministerio de Defensa británico respondió que la Royal Navy contaba en Gibraltar con “activos suficientes para desafiar las incursiones ilegales por parte de naves del estado español en aguas territoriales británicas de Gibraltar". Esos “activos suficientes” son una reducida escuadrilla, cuyo núcleo son dos pequeñas lanchas patrulleras.
 
A fines de noviembre del año pasado hubo otro incidente en aguas aledañas al Peñón. Un buque oceanográfico del estado español, el RV Ramón Margalef, pasó 20 horas en “aguas territoriales británicas de Gibraltar” (aguas en disputa) sin que la Royal Navy pudiera hacer nada al respecto, más que notificar a los españoles la supuesta violación de normas internacionales. 

 

Pese a que Londres sigue afirmando que está plenamente comprometido con la defensa y seguridad de Gibraltar, la verdad es que la Royal Navy no tiene los medios suficientes para respaldar esa afirmación. Los españoles están poniendo en clara evidencia la incapacidad británica de defender Gibraltar con
algo más que palabras. Como siempre, expresamos nuestra esperanza de que prime la cordura y los incidentes no pasen a mayores, aunque las garantías al respecto son - muy lamentablemente - cada vez menores.

 

Obviamente los problemas británicos para defender sus extemporáneos intereses seudoimperiales no terminan allí. Como ya lo adelantamos, este año volverán al servico activo en la Armada Argentina los submarinos ARA "Salta" (que ya se encuentra realizando pruebas de mar) y el ARA "San Juan". Asimismo comenzarían los trabajos de reacondicionamiento del ARA "Santa Cruz". En los próximos 24 meses Argentina podría tener tres submarinos operativos. Eso cambiaría bastante la relación de fuerzas en el extremo austral del Atlántico Sur.

 

Mientras muchos argentinos todavía disfrutan de sus vacaciones de verano, la Infantería de Marina de la Armada Argentina ya se encuentra realizando su primer ejercicio del año, con la participación de seis batallones, medios anfibios y mecanizados y el buque multipropósito ARA "Hércules" - un destructror Type 42 o Tipo 42 convertido en buque de comando anfibio, con capacidad de transportar infantes de marina y de hangarar dos helicópteros Sea King. Así lo informaron fuentes de la Armada Argentina. El dato no habrá escapado a la inteligencia militar británica.

 

Con los fondos de defensa pésimamente distribuidos, los británicos tienen que hacer frente a una serie de conflictos que ellos mismos generan. El contribuyente británico los paga mientras la industria militar británica se llena los bolsillos con el diseño de nuevos submarinos del tipo SSBN y la construcción de dos inmensos portaaviones que amenazan en convertirse en meros portahelicópteros, por las dificultades que enfrenta el desarrollo del avión de despegue corto y aterrizaje vertical F-35B. Es hora de que los británicos comiencen a reflexionar sobre sus peligrosísimas acciones, que ciertamente no benefician al ciudadano común y que - al menos en Gibraltar - podrían salirse de control en cualquier momento.