GRAN BRETAÑA PIERDE BUENA PARTE DE SU CAPACIDAD DE PROYECCIÓN ESTRATÉGICA (primera parte)
Si bien la construcción del primer portaaviones británico de la clase Queen Elizabeth avanza a buen ritmo y la Marina Real británica y la Flota Real Auxiliar conservan una buena cantidad de buques de asalto anfibio, nos atrevemos a afirmar que Gran Bretaña está perdiendo su capacidad de proyección estratégica.
Hace un par de semanas se conocieron las demoras en el cumplimiento de objetivos del programa Joint Strike Fighter F-35 Lightning II. Las mismas se suman a una larga lista de problemas técnicos de difícil resolución, entre ellos el calor que generarán los diferentes componentes de la aeronave, que para conservar sus características furtivas, no podrá disipar al exterior. El radio de acción de la variante F-35B será relativamente reducido, al igual que su capacidad de cargar armamento.
Se habló de que Gran Bretaña podría comprar una cantidad menor de la prevista de estos aparatos. El propio Ministro de Defensa británico insinuó que parte de los F-35 podrían ser sustituidos por aviones no tripulados. Por otra parte, la Marina de Guerra de los Estados Unidos confirmó estos días que el UCAV estadounidense X-47B no logró completar con éxito su cuarto aterrizaje sobre un portaaviones. Este demostrador tecnológico solo logró completar la mitad de sus intentos de aterrizaje. Los primeros UCAV embarcados podrían demorar bastante tiempo antes de convertirse en una realidad.
Aun cuando Gran Bretaña pudiera organizar una fuerza de tareas importante, los buques de escolta con los que la misma contaría serían reducidos en número y no necesariamente confiables. Las fragatas Type 23 están siendo modernizadas, pero por ahora sólo una recibió el radar Type 997 Artisan 3D. Hay quienes no están conformes con el Artisan. Los destructores Type 45 tampoco son 100% fiables. Dos de ellos tuvieron problemas de propulsión y ninguno probó que pueda derribar un blanco volando a velocidad supersónica.
Por otra parte Gran Bretaña tiene pocos submarinos de ataque en condiciones operativas. Los submarinos de la clase Astute sufrieron y sufren largos retrasos y sobrecostos. Por información que obra en nuestro poder podemos suponer que la entrada en actividades operativas del HMS Ambush se verá demorada al menos un mes más de lo previsto. Entre tanto los SSN de la clase Trafalgar se ven exigidos en exceso por largas patrullas y alguno incluso por la posposición de su fecha de retiro del servicio. Es de esperar que en el corto y mediano plazo este problema británico se agrave.