LA EMPRESA: CÓMO DECIRLE A TU JEFE QUE ESTÁ EQUIVOCADO

 

Saber discutir una orden sobre determinado tema a veces termina siendo un aporte porque en el intercambio de opiniones surgen nuevas ideas y se puede llegar a tener un mejor conocimiento sobre la cuestión, lo que contribuirá a tener mejores resultados.

 

Por tanto es bueno conocer el estilo de conducción de nuestro jefe, de esta manera podremos discrepar con él con respeto y fundamento cuando se trata de hablar sobre directivas impartidas que consideramos que merecen un análisis más pormenorizado. También hay líderes, situaciones y momentos de poca tolerancia y muchos no dan lugar a un diálogo constructivo respecto a diferentes puntos de vista sobre indicaciones puntuales.

 

Una vez que se logra la confianza y si existe buena comunicación se puede hablar de manera directa y lograr un intercambio de opiniones constructivo. El subalterno deberá estar seguro de tener un panorama general de la situación y conocimientos detallados sobre el tema que está tratando de ofrecer su propia opinión. Además deberá saber escoger el momento adecuado. Un jefe apurado, nervioso o malhumorado no será igual de receptivo que uno sereno al que se aborda en el momento adecuado.

 

Personalmente tuve la oportunidad de esclarecerle a mi jefe hechos puntuales acaecidos en la oficina, logrando que él aceptara una versión más real de los mismos. Para establecer ese diálogo, a menudo tuve que esperar a que él estuviera de ánimo para escucharme. Usualmente, en cuestiones laborales, resulta mejor dirigirse a una persona cuando la misma está en capacidad de recibir nuestro mensaje. Unas horas o un día de espera pueden valer la pena.