LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL – CUARTA PARTE: LA INVASIÓN DE POLONIA (continuación)

22.04.2013 16:47

 

En parte la victoria germana sobre los polacos se debió a la diferencia de números. Alemania contaba con 2.400 tanques. La cifra de tanques polacos varía según el historiador al que se lea, como es relativamente lógico en lo que concierne a datos militares, a menudo influidos por la contrainteligencia del país del que se trate y a la diferencia entre unidades en inventario y unidades realmente operativas. Algunos afirman que Polonia contaba con algo más de 600 tanques, de los que la mayor parte eran en realidad tanquetas ligeras y sólo parte de ellas contaban con un cañón de 20 mm, las demás estaban armadas con ametralladoras. Otros elevan esa cifra de “tanques” hasta un total de 880 unidades. De los verdaderos tanques (unas 250 unidades) sólo unos cien eran realmente eficaces. El resto estaba equipado con ametralladoras o era obsoleto o muy mediocre. Alemania poseía 2.400 aviones contra 600 de los polacos. De los 2.400 aviones se emplearon en Polonia 1.580. En 1939 los alemanes contaban con 1.500.000 hombres, contra 500.000 efectivos polacos. Podría decirse que la situación geográfica sumada a la agresividad y el fanatismo (en el último caso de algunos) germanos hicieron el resto. El ataque soviético del 17 de septiembre contra la frontera oriental desmoralizó a los polacos, que a partir de ese momento se fueron rindiendo masivamente. No deja de ser una simplificación, pero la consideramos válida. Dar más detalles nos alejaría del objetivo de dar al lector una visión global de la estrategia en la IIGM.

 

La Luftwaffe ganó la superioridad aérea con una combinación de tecnología superior y número de aparatos. Las fuerzas Panzer fueron desplegadas sin un gran énfasis en su uso independiente. Comparado con campañas posteriores, el uso de los tanques no tuvo nada de brillante y de hecho muchos blindados fueron destruidos por los cañones antitanque polacos. Entre los alemanes prevaleció el miedo de la acción enemiga contra los flancos del avance. Recién en Francia, Heinz Wilhelm Guderian daría su lección sobre cómo se debía desarrollar la guerra relámpago. De no haber sido detenido por Hitler, probablemente habría aplastado, literalmente, a británicos y franceses en Dunkerque.

 

En Polonia prevaleció el miedo a la acción enemiga contra los flancos del avance, peligro que se generaba para el atacante con la Blitzkrieg, básicamente por la gran profundidad del avance de los tanques, a lo que se sumaba la dificultad de la infantería de seguirlos en ese avance. Contrariamente a lo que mucha gente suele dar por cierto, la infantería alemana tenía serias carencias de unidades motorizadas y de motorización en general. Para la invasión de Polonia hasta se requisaron vehículos civiles en las afueras de Berlín y se los pintó de verde y gris, tal como lo afirma en su libro “Nevidna fronta” (El frente invisible – editor: Svobodna Slovenija, 1965) Vladimir Vauhnik, quien fue Agregado Militar de la Embajada del Reino de Yugoslavia en Berlín hasta la invasión del reino yugoslavo por parte de los alemanes. Es comprensible, entonces, que existiera el miedo a la acción contra los flancos, aunque en términos militares la osadía puede convertirse en una virtud. Así lo demostraría Guderian en Francia.

 

* El editor del libro, Svobodna Slovenija, tiene su sede en la Ciudad Aútónom de Buenos Aires. El libro fue reimpreso en la República de Eslovenia en forma incompleta y sin el permiso del editor