LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - DÉCIMA PARTE: LA BATALLA DE INGLATERRA

12.05.2013 16:54

 

La Batalla de Inglaterra es el nombre con que se conoce al intento que hizo la Luftwaffe de ganar la superioridad aérea sobre la RAF (Royal Air Force), con el fin de permitir el cruce del Canal de la Mancha por parte de fuerzas alemanas. Alemania había hecho planes para una invasión a Inglaterra. Esa invasión, que finalmente no se concretó, fue planificada con el nombre de Operación León Marino.

 

El 25 de junio de 1940 Francia, derrotada en el campo de batalla, capituló ante los alemanes, cortando los lazos con sus aliados. Tras la evacuación de las tropas aliadas de Dunkerque, Alemania tenía al occidente de Europa bajo control. La única excepción era el Reino Unido. En el este de Europa los soviéticos todavía no estaban ni listos ni dispuestos a hacer frente a los alemanes. Hitler ofreció a los británicos la paz: Gran Bretaña podía mantener e incluso expandir su imperio, a cambio de que dejara a Hitler las manos libres en Europa. El Führer quería conquistar el este del continente. La oferta fue rechazada.

 

Los alemanes estacionaron parte de sus fuerzas a lo largo de las costas del Atlántico y del Canal de la Mancha, mientras los británicos comenzaban a fortificar sus costas - principalmente las del sur de Inglaterra - para hacer frente a una eventual invasión. El Canal de la Mancha se constituyó en una fenomenal barrera táctica y estratégica. Gran Bretaña trataría de aprovechar esa barrera al máximo, en tanto que los alemanes tratarían de minimizar sus efectos. Dos enemigos se encontraban frente a frente sin posibilidades de atacarse por tierra. Para los británicos eso debía ser un alivio. Habían perdido una parte muy importante de su material pesado en Dunkerque y contaban con apenas unas 25 divisiones, armadas principalmente con armas livianas. 

 

Atravesar el Canal de la Mancha no era tarea sencilla. Por más que en principio se intentó abordar el asunto como si fuera el cruce de un río, la Marina Real británica convertiría cualquier operación en una tarea extremadamente difícil. Antes de intentar invadir el territorio británico había que destruir a la Royal Navy, en especial a la Home Fleet (la parte de la flota estacionada en las islas). Eso sólo podía hacerse mediante submarinos y sobre todo, aviones. Pero el intento de destruir a la Royal Navy o al menos ganar la supremacía aérea que permitiera atravesar el canal sin riesgos excesivos y con apoyo aéreo, suponía neutralizar a la RAF. 

 

La Luftwaffe superaba en número a la RAF y su comandante en jefe, Hermann Göring, estaba bastante seguro de que sus aviadores podían establecer y mantener la supremacía aérea sobre el Canal de la Mancha el tiempo necesario para que pudiera llevarse a cabo el cruce del mismo. El 10 de julio de 1940 la Luftwaffe comenzó a atacar a las fuerzas navales inglesas que se encontraban en el canal.