LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - DECIMOCTAVA PARTE: LA OFENSIVA ALEMANA HACIA EL VOLGA Y EN EL CÁUCASO (continuación II)

12.09.2013 14:39

 

En mayo de 1942 los soviéticos intentaron lanzar una contraofensiva en Ucrania. Las veteranas fuerzas blindadas germanas lograron conjurarla sin mayores dificultades, derrotando al Ejército Rojo en la Segunda Batalla de Jarkov. Eso, sin embargo, tuvo consecuencias favorables para los comunistas. Tomando conciencia de que aún no estaban listos para hacer frente a los invasores en las extensas llanuras esteparias, se retiraron hacia el Don y el Volga. Los soviéticos comprendieron que era más rentable combatir en las ciudades, escenario inapropiado para los tanques. Ahí las fuerzas alemanas debían pagar caro cada palmo del terreno.

 

Así y todo, el plan original de Stalin no contemplaba una resistencia a ultranza en la ciudad nombrada en su honor. La intención era que sus fuerzas resistieran allí para infligir graves bajas y daños a los teutones, pero luego deberían retirarse hacia la estepa, retrocediendo y alargando las líneas de abastecimiento del enemigo. Sin embargo, cuando el dictador comunista tuvo noticias de que el 4º Ejército Panzer había sido desviado hacia el sur, hacia el Cáucaso, cambió las órdenes. Si se lograba frenar a los alemanes en la ciudad, se evitaría el riesgo de que luego las fuerzas que atacaban Stalingrado (o al menos parte de ellas) se unieran a la ofensiva en el Cáucaso. Si los invasores lograban avanzar hacia el Mar Caspio, la región y sus campos de petróleo quedarían aislados del resto de la Unión Soviética.

 

Hitler cayó en la trampa. Ante las extremas dificultades que se le presentaban a las fuerzas que avanzaban en el Cáucaso, intentó compensar el fracaso de esa ofensiva, convirtiendo a Stalingrado de un objetivo secundario en un fin en sí mismo. Fue un error muy grave. Los soviéticos fortificaron la ciudad en extremo, reforzaron a sus defensores y se dio la orden de resistir a toda costa. La orden de no retirarse regiría hasta para los civiles, bajo pena de muerte para ellos y sus familiares.