LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - DECIMOCTAVA PARTE: LA OFENSIVA ALEMANA HACIA EL VOLGA Y EN EL CÁUCASO

26.08.2013 15:25

 

El deseo de Hitler de aniquilar al Ejército Rojo en cuatro meses había fracasado, provocando que durante el durísimo invierno de 1941 los alemanes se encontraran luchando un tipo de guerra para el que no estaban preparados. Lo hacían en un gigantesco frente que se extendía desde el Mar Báltico, en el norte, hasta el Mar Negro, en el sur. Pronto quedó claro que Moscú era un objetivo prácticamente inalcanzable, por lo que se decidió atacar en el sur. Esto se condecía con los planes de Hitler de hacerse de las regiones ricas en recursos naturales de la Unión Soviética.

 

Por otra parte, con la entrada en guerra de los Estados Unidos, los norteamericanos se sumaron a las acciones de bombardeo británicas castigando a la industria bélica alemana, por lo que la zona petrolífera del Mar Caspio se volvió un objetivo sumamente importante.

 

De ese modo, se decidió mantener los frentes norte y centro más o menos estáticos y lanzar una ofensiva en el sur, hacia el Río Volga y en el Cáucaso. Además del petróleo, Alemania ganaría zonas ricas en cereales y se apoderaría de las grandes plantas industriales aledañas a los ríos Don y Volga. Es más, en su delirante ambición Hitler fantaseaba que una vez alcanzadas las fronteras sudorientales de la URSS, lanzaría a sus fuerzas contra Irak, Irán y Palestina, con el fin de privar a los británicos de sus suministros de petróleo.

 

El plan original era que el General Paulus, con el apoyo del 4º Ejército Panzer, se lanzase hacia el Volga, alcanzara Stalingrado arrasando sus industrias y protegiera el flanco norte. De ese modo el resto de las fuerzas del frente sur podrían lanzarse hacia el Cáucaso. Como era habitual, el plan se basaba en una fuerte subestimación del enemigo. Sobre la marcha Hitler daría órdenes que complicarían aún más la ambiciosa ofensiva.