LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - DECIMOCUARTA PARTE: LA INVASIÓN ALEMANA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA (continuación V)

19.06.2013 16:14

 

Hecho el análisis de algunas cuestiones estratégicas generales del caso, describiremos al menos brevemente las acciones que tuvieron lugar durante la invasión alemana de la URSS.

 

Durante la planificación de la invasión Hitler y los generales alemanes tuvieron opiniones divergentes sobre cuáles debían ser los principales objetivos de la misma. Los generales señalaron la importancia de tomar Moscú mientras que Hitler, habitualmente concentrado en objetivos económicos más que político-militares, quería poner el máximo esfuerzo en la toma de la región industrial en torno a Leningrado en el norte y en la conquista de Ucrania y sus riquezas naturales en el sur. Finalmente se adoptó un plan que buscaría la toma más o menos simultánea de los tres objetivos. De todos modos la mayor parte de los blindados marcharían - al menos inicialmente - hacia Moscú.

 

Los tres principales objetivos se tradujeron en tres grupos de ejércitos. El Grupo Norte atacaría desde Prusia Oriental, el Centro desde Polonia central y el Sur desde Polonia meridional y desde Rumania.

 

Como la invasión de la Unión Soviética proveería a Alemania del “espacio vital” para que los germanos ejercieran su dominio como “raza superior”, Hitler no invitó a sus aliados a participar de la misma. Inicialmente los alemanes serían acompañados en el ataque solamente por Finlandia y Rumania, considerados muy fiables porque habían sufrido el expansionismo soviético en tiempos recientes.

 

De todos modos una vez iniciada la campaña, los alemanes permitieron que Italia, Hungría, Eslovaquia y Croacia sumaran algunas unidades al Frente Oriental. Incluso España envió una división, hecho celebrado por los nazis porque parecía ser el primer paso de una participación de ese país en la guerra. Hasta ese momento el General Francisco Franco se opuso - esgrimiendo diferentes argumentos - a la intervención española en la misma. De todos modos la participación de los distintos países en la guerra en el frente este de Europa no necesariamente debe ser entendida como masivamente aprobada por sus ciudadanos. Muchos de los que la aprobaron lo hicieron más por sus ideas anticomunistas que por simpatía hacia los nazis.