LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - DECIMOCUARTA PARTE: LA INVASIÓN ALEMANA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA

12.06.2013 15:44

 

Al describir la invasión alemana de la Unión soviética, evitaremos dar demasiados detalles de las diferentes acciones. Nos centraremos en la estrategia global de la ofensiva, caso contrario correríamos el riesgo de que se pierdan los fundamentos estratégicos generales del ataque germano.

 

Aunque Hitler había dejado clara su intención de conquistar vastos espacios de la Unión Soviética en reiteradas ocasiones, muchos de aquellos que debieron haber tomado medidas para hacerle frente no lo hicieron. Incluso aquellos que lo hicieron no reaccionaron en tiempo y forma. Confundiendo deseos y realidad prefirieron minimizar e incluso ignorar la cuestión. Entre ellos se encontraba el propio Stalin.

 

Las señales de que Alemania se estaba preparando para la invasión eran claras. La limpieza temprana por parte de los germanos de canales navegables se hizo con más personal del habitual. El tráfico ferroviario dentro de Alemania y desde ese país a los países que servirían de plataforma para lanzar la ofensiva había crecido tanto que no podía pasar desapercibido para ningún servicio de inteligencia de la época. Eslovaquia tuvo que crear dos nuevas divisiones y su equipamiento señalaba claramente el destino que tendrían las mismas. Las tropas alemanas que habían entrado en Rumania tras la adhesión de ésta al Pacto Tripartito tenían tanto equipo que excedía ampliamente las necesidades rumanas. Había allí numerosísimos pontones para el tendido de puentes que permitirían atravesar los numerosos ríos rusos.

 

Aun con toda esa y otra evidencia, Stalin esperaba que el conflicto no estallara en la primavera boreal de 1941. De hecho, cuando en la madrugada del 22 de junio la artillería alemana abrió fuego para dar inicio a los ataques y los oficiales soviéticos de frontera informaron sobre los mismos, sus mandos hicieron caso omiso de la información, alegando que quienes reportaban los acontecimientos los estaban imaginando o estaban ebrios. Hoy sabemos que gran parte de los servicios de inteligencia occidentales sabían cuándo ocurriría el ataque. También lo sabían los servicios de inteligencia soviéticos. Sin embargo cuando el mismo ocurrió, Stalin sufrió un colapso nervioso y tardó días en salir de su aislamiento. Alemania empezó la invasión encontrando a los soviéticos con la guardia baja.