LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - DECIMOSEXTA PARTE: LA CONTRAOFENSIVA ALIADA EN EL PACÍFICO (continuación V)

26.07.2013 13:00

 

El plan japonés para el ataque a Midway era complejo. Una fuerza de distracción atacaría las Islas Aleutianas, un archipiélago de islas volcánicas, que se extienden en un amplio arco de unos 1.900 km, desde el sudoeste de Alaska hasta la península de Kamchatka. Las islas están situadas entre el mar de Bering y el norte del Océano Pacífico. Con el ataque a las Aleutianas se pretendía atraer a parte de la flota estadounidense mientras Midway sería atacada por una fuerza de ocupación nipona. Se esperaba que los estadounidenses enviaran a su flota a recuperar Midway y entonces serían atacados.

 

El plan japonés se basaba en varias suposiciones, todas erróneas. Los japoneses creían que parte de la flota del país norteamericano se encontraba en las Islas Salomón, donde había sido vista por última vez. Por otra parte, el éxito del plan se basaba en el factor sorpresa. Entre tanto los estadounidenses progresaban rápidamente en la ruptura de los códigos secretos japoneses. A su vez, los submarinos que debían detectar la salida de la flota norteamericana de Pearl Harbor, fallaron en su misión. Esto se debió, entre otros factores, a que llegaron tarde a sus puestos de observación. La niebla, por su parte, les dificultó la tarea.

 

Fue así, que los japoneses no supieron a tiempo que la flota ya había salido a su encuentro. Aún así, un acorazado japonés captó comunicaciones de los estadounidenses de las que se desprendía que éstos estaban al tanto de lo que se estaba tramando y que sus fuerzas en la zona eran superiores a lo especulado. El Vicealmirante Nagumo, a cargo de las unidades que se dirigían a Midway, no fue informado de ello. Se supuso que él también había captado los mencionados mensajes y se decidió mantener el silencio de radio.

 

Entre tanto los estadounidenses, que ya conocían bastante bien los planes de los japoneses, se prepararon para tomarlos desprevenidos. Se ordenó el regreso de los portaaviones Enterprise y Hornet que se encontraban en la zona de las Salomón, se los reabasteció y se les ordenó zarpar. El Yorktown también regresó a Pearl Harbor donde se lo reparó en 56 horas, para luego zarpar. Conscientes de contar con una flota inferior, los estadounidenses efectuarían ataques aislados para obligar al enemigo a dispersar sus fuerzas. Se concentró un número considerable de aeronaves en Midway y prácticamente no se respondió al ataque en las Aleutianas.

 

Ambos bandos sufrieron importantes pérdidas. Los nipones perdieron cuatro de sus portaaviones, un crucero pesado y unas 240 aeronaves, lo que debilitó enormemente a la Marina Imperial Japonesa, mientras que los estadounidenses perdieron solo un portaaviones y un destructor. Estratégicamente, el resultado de la batalla implicó que la Marina Imperial japonesa perdiera la iniciativa en el Pacífico, y ésta pasó de manera definitiva a los norteamericanos. El ataque nipón a Midway - al igual que a Pearl Harbor - no fue parte de un plan para conquistar los Estados Unidos, sino que estaba dirigido a la eliminación de las fuerzas de la flota naval norteamericana del Pacífico y de este modo evitar su intervención en la campaña japonesa en el sudeste y este de Asia.