LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - DUODÉCIMA PARTE: EL INGRESO DE TROPAS ALEMANAS A RUMANIA Y BULGARIA

28.05.2013 16:35

 

La península balcánica es una de las tres grandes penínsulas del sureste de Europa y se encuentra rodeada por mares. Éstos son el Mediterráneo (o el Adriático, el Jónico y el Egeo) al sur y al oeste y el Mar de Mármara y el Mar Negro al este. La península de los Balcanes está separada de Asia por los estrechos de Dardanelos y el del Bósforo, menos conocido por nosotros como el estrecho de Estambul.

 

Antes de la invasión alemana de la Unión Soviética, ésta región de Europa cobró una gran importancia estratégica, más por imperio de las circunstancias que porque los alemanes lo hayan querido. De hecho los alemanes fueron empujados a los Balcanes por algunas acciones en un principio totalmente ajenas a Hitler y los altos mandos militares alemanes.

 

Los soviéticos, haciendo una interpretación muy libre del anexo secreto del pacto Ribbentrop-Molotov, intimaron a Rumania a entregarles las regiones fronterizas de Bukovina y Besarabia. Lo hicieron en un momento en que Hitler y sus seguidores todavía estaban celebrando su exitosa invasión de Francia. Temiendo que los soviéticos formularan nuevas exigencias territoriales, los alemanes consideraron pertinente bloquear la posibilidad de tal avance. Con tal fin, pusieron su mirada en Rumania. Pero el anglófilo rey Carol I no estaba dispuesto a colaborar con los alemanes. Los alemanes contribuyeron a que abdicara en su hijo Miguel. Se formó un nuevo gobierno que, liderado por el general Antonescu, impuso una orientación proalemana.  

 

Existía un riesgo adicional, Hungría, que un año antes se había convertido en país vecino de la Unión Soviética, también corría el riesgo de ser víctima del expansionismo soviético.

 

En la primera semana de octubre de 1940 las tropas alemanas entraron en Rumania. A Antonescu la presencia alemana le servía como un reaseguro contra nuevos reclamos territoriales por parte de Hungría y Bulgaria, que habían aprovechado las exigencias soviéticas para hacer las suyas propias. Con su entrada en Rumania las fuerza alemanas podían proteger los vitales yacimientos petrolíferos de Ploiesti y tenían un punto de partida para el futuro ataque a la Unión Soviética.