LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - OCTAVA PARTE: INVASIÓN ALEMANA DE FRANCIA, BÉLGICA, HOLANDA Y LUXEMBURGO (continuación II)

06.05.2013 14:17

 

La ofensiva germana en el frente occidental comenzó el 10 de Mayo de 1940. Paracaidistas alemanes fueron lanzados para tomar puentes y aeródromos y la fortaleza belga de Eben-Emael. Entre tanto aviones alemanes atacaban bases aéreas holandesas y belgas. Cuando las fuerzas alemanas entraron en Holanda y Bélgica, los aliados - de acuerdo a lo planeado por ambos contendientes - se adentraron en territorio belga para crear una nueva línea defensiva. Los comandantes aliados parecían no haber notado que el grueso de los Panzer estaba atravesando las “intransitables” colinas y bosques de las Ardenas. Las tropas del Tercer Reich, cargando a través de esa región de tránsito complicado, llegaron al Río Mosa al anochecer del 12 de mayo. Ahora Guderian demostraría como debía llevarse a cabo la guerra relámpago.

 

Sin esperar a que su infantería alcanzara a sus tanques siguió adelante. Tropas de asalto cruzaron el Río Mosa en botes y los ingenieros construyeron puentes bajo un intenso fuego de los galos. El 14 los Panzer estaban cruzando el río. Moviéndose a toda velocidad, los tanques de Guderian viraron hacia el noroeste avanzando a espaldas de los aliados que se encontraban en territorio Belga. Al fin los aliados comprendieron que estaban a punto de ser rodeados y comenzaron a replegarse. También vieron que las columnas blindadas alemanas eran débiles y angostas debido a la rapidez del avance. El 17 de mayo el coronel Charles De Gaulle intentó cortar la línea alemana, sin éxito. Las fuerzas francesas carecían de las características necesarias para acciones eficaces por parte de sus blindados y los alemanes los rechazaron con facilidad.

 

Guderian interpretó las órdenes que había recibido de hacer un frente ofensivo coordinado muy libremente, prácticamente ignorándolas. En una embestida verdaderamente vertiginosa, a medianoche del día 20 los alemanes alcanzaron la costa del Canal de la Mancha. Las fuerzas alemanas habían partido el frente aliado en dos. El cerco sobre las tropas aliadas que habían entrado en Bélgica comenzaba a cerrarse, por no decir que ya se había cerrado. Sólo había que reforzarlo y destruir a las fuerzas aliadas atrapadas en el inmenso bolsón.