LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - OCTAVA PARTE: INVASIÓN ALEMANA DE FRANCIA, BÉLGICA, HOLANDA Y LUXEMBURGO (continuación III)

07.05.2013 06:49

 

El 21 de Mayo se efectuó un contraataque británico. Dos batallones blindados británicos (incluidos 74 tanques Matilda) se lanzaron a la ofensiva contra la 7ª División Panzer de Rommel. Los alemanes los rechazaron con facilidad, pero aún así la acción tuvo algún efecto importante. Los altos mandos alemanes estaban cada vez más preocupados por sus extensas líneas de comunicación.

 

El 22 y de mayo Guderian inició las acciones para destruir a los ejércitos aliados, que se estaban retirando hacia los puertos de Calais, Boulogne y Dunkerque. El 24 de mayo los alemanes tomaron Boulogne y Calais quedó aislado, cerrando aún más el cerco. Los británicos y franceses se replegaban hacia Dunkerque. Antes de la rendición de Bélgica, desde Gran Bretaña se había puesto en marcha la Operación Dynamo, es decir, la evacuación de la mayor cantidad posible de las tropas británicas, francesas y belgas que pudiesen salvarse de la gran bolsa. Con los Stuka hostigando desde el aire y los Panzer listos para el ataque final, las probabilidades de éxito eran remotas.

 

Los altos mandos alemanes, conscientes de lo precario de sus líneas de comunicación, la extenuación de las tripulaciones de los tanques y la necesidad de reparaciones de los mismos, ordenaron la detención de los Panzer. Éstos deberían esperar a la infantería, antes de asaltar Dunkerque. Hoy es fácil comprender que fue un error. Recordemos que en Polonia prevaleció el miedo a la acción enemiga contra los flancos del avance, peligro que se generaba para el atacante con la Blitzkrieg, básicamente por la gran profundidad del avance de los tanques, a lo que se sumaba la dificultad de la infantería de seguirlos en ese avance. Contrariamente a lo que mucha gente suele dar por cierto, la infantería alemana tenía serias carencias de unidades motorizadas y de motorización en general.

 

Cuando el 26 de mayo los Panzer volvieron a ponerse en marcha, las condiciones meteorológicas habían cambiado. Los tanques alemanes se empantanaron a causa de fuertes lluvias, con lo que los aliados ganaron tiempo. Más de 300.000 efectivos, mayormente ingleses y franceses, fueron rescatados. La resistencia de tropas francesas, que lucharon tenazmente hasta que los barcos que acudieron al rescate abandonaran la playa, contribuyó a que así fuera.