LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - PRIMERA PARTE: INTRODUCCIÓN

18.04.2013 18:02

 

La Segunda Guerra mundial fue sin lugar a dudas uno de los períodos más atroces de la historia de la humanidad, o al menos fue cuando la atrocidad de la que es capaz el ser humano se puso de manifiesto en forma más notoria, más patente, más obvia. No debemos disociar esa crueldad de los acontecimientos históricos a los que dio lugar. Sin embargo esta serie de artículos sobre la IIGM se centrará en las consideraciones estratégicas de la guerra que conmovió al mundo entre los años 1939 y 1945.

 

Muchas veces se muestra a algunas de las principales figuras que tuvieron poder de decisión en esa tremenda época como a seres irracionales, dominados por la obsesión rayana en la locura. Así por ejemplo se suele mostrar a Adolfo Hitler como a un líder terco, obstinado y desconfiado, cuya ambición superaba ampliamente a su inteligencia. En cierta medida así fue. Pero sería pueril decir que el hombre que lanzó a casi toda Europa y otros países a una guerra cruel y atroz, carecía de inteligencia y de conocimientos estratégicos. Lo mismo vale para el no menos sanguinario Stalin. Eran locos o perversos - o una mezcla de ambas cosas - pero no carecían de habilidad. El hecho de que llegaran a ejercer el liderazgo casi pleno de sus respectivos países así lo demuestra.

 

Tampoco los diferentes personajes destacados del bando aliado carecían de ambiciones desmedidas. La falta de escrúpulos de algunos de ellos no quedaba muy por detrás de Stalin o Hitler, también eran ambiciosos, también mostraron diferentes grados de perversión. Sin embargo muchos de ellos también se manejaron con inteligencia, algunos de ellos mostraron grandes dotes como estrategas. Otros, cegados por obsesiones personales y/o  por su propio sadismo, cometieron graves errores estratégicos precisamente por ello. Así el Mariscal de la Royal Air Force Arthur Travers Harris - conocido también como “Bombardero” Harris y como “Carnicero” Harris - Comandante Supremo del Mando de Bombardeo de la RAF, prometió a Churchill poner de rodillas a Alemania mediante su táctica de bombardeos en alfombra de ciudades alemanas. Causó terribles sufrimientos a la población civil alemana y sacrificó muchísimas tripulaciones a cambio de poco y nada.

 

Con estas afirmaciones no pretendemos hacer apología de los crímenes del nazismo ni de los del comunismo, ni queremos caer en el relativismo moral.

 

Hechas estas aclaraciones, será más fácil comprender las diferentes decisiones estratégicas que tomaron los líderes de los diferentes bandos durante la IIGM. Si bien algunos cometieron errores llevados por ambiciones perversas y/o enfermizas (comenzando por el propio Hitler) y motivados por odios raciales y otros prejuicios, en el fondo al menos parte de sus criterios estratégicos fueron correctos y bien fundados.