LA ROYAL NAVY NO PUEDE BRINDAR SEGURIDAD A ESCOCIA (segunda y última parte)

30.07.2013 16:54

 

El Nimrod MRA4 fue un proyecto de avión de patrulla marítima y ataque de debió haber reemplazado a los Hawker Siddeley Nimrod MR2 que se encontraban en servicio en la Royal Air Force. Se trataba de aeronaves Nimrod MR2 reconstruidas, que podrían así extender la vida operativa del sistema durante varias décadas. Asimismo la reconstrucción mejoraba de manera significativa las capacidades originales de las aeronaves. EL programa MRA4 fue finalmente cancelado en el año 2010 como resultado de la Revisión Estratégica de la Defensa y de la Seguridad (SDSR, por sus siglas en inglés). Tras el final del programa de desarrollo, los prototipos del MRA4 fueron desguazados. No hubo interés de reemplazar el vacío dejado por el MRA4.

 

El Reino Unido se encuentra con una gran brecha en su capacidad de vigilancia marítima. Sin esa capacidad es difícil afirmar que buques que se encuentran basados en Inglaterra sirven para garantizar la seguridad de Escocia. A menos que Hammond crea que un único ejemplar del vehículo aéreo no tripulado ScanEagle, adquirido recientemente para la Marina Real británica, pueda cumplir con esa misión. Hammond no es ingenuo, pero privilegia los compromisos internacionales por sobre los compromisos con la díscola Escocia.

 

Los problemas de la flota de superficie británica no terminan ahí. Cuatro fragatas del tipo 22 (Type 22), las últimas cuatro en haber sido retiradas del servicio - hecho ocurrido en el 2011 - fueron vendidas para su desguace. La suma obtenida por ellas no llega a los tres millones de libras. La Royal Navy se queda sin una escuadra de reserva para ser reacondicionada y movilizada en caso de necesidad.

 

Siempre aseguramos que la Royal Navy está adquiriendo el tamaño de flota adecuado para las necesidades británicas. No se está debilitando más allá de lo coherente. Gran Bretaña ya no tiene un imperio al cual someter y custodiar (o aterrorizar). A la reestructuración militar británica sólo le faltan algunos pasos que deberá dar el conjunto de la sociedad británica, o al menos de la inglesa. Asumir la herida narcisista de ya no poseer un imperio y obrar en consecuencia. La restitución pacífica de Malvinas a los argentinos debe ser otro de esos pasos. Lo esperamos desde hace muchísimo tiempo.