MURIERON TRES SOLDADOS BRITÁNICOS QUE SE MOVILIZABAN A BORDO DE UN VEHÍCULO MASTIFF

02.05.2013 17:03

 

Cuando uno escribe a diario sobre armas, tácticas militares y asuntos similares, suele perder de vista lo que estos temas implican en la realidad. Es fácil escribir sobre cuestiones teóricas pero no es tan sencillo escribir sobre acontecimientos reales. El Ministerio de Defensa británico confirmó ayer que tres soldados británicos murieron en Afganistán después de la explosión de un IED (Improvised Explosive Device o artefacto explosivo improvisado).

 

Los tres soldados británicos fueron fatalmente heridos cuando su vehículo blindado Mastiff fue alcanzado por una explosión durante una patrulla rutinaria en el distrito de Nahr-e Saraj de la provincia de Helmand. Los tres recibieron atención médica inmediata y fueron evacuados por vía aérea al Hospital Militar de Camp Bastion, pero no pudieron ser salvados.

 

El PPV (Protected Patrol Vehicle o vehículo de patrulla protegido) Mastiff es la versión británica del Cougar 6x6. El Cougar es un vehículo de movilidad de la infantería estadounidense, diseñado para ser resistente a las minas anti-vehículos y municiones improvisadas. Se trata de una familia de vehículos blindados, protegidos contra las armas pequeñas, minas terrestres y artefactos explosivos improvisados ​​(IEDs), utilizando una combinación de características de diseño y materiales para proteger a sus ocupantes contra una amplia gama de ataques. Es un vehículo monocasco. El casco en forma de V permite que, cuando explotan minas u otros ingenios explosivos, la energía se propague lateralmente y no dañe el interior del vehículo.
 

Los primeros Mastiff fueron introducidos en Afganistán en el año 2007 con carácter de urgencia, para hacer frente a la amenaza de las bombas colocadas al costado de los caminos, que provocaban numerosas bajas entre los soldados británicos. El vehículo pronto demostró su eficacia, lo que llevó tranquilidad a los soldados del Reino Unido. Ahora los expertos están investigando si las recientes bajas fueron el resultado de un golpe de suerte o de un atentado cuidadosamente preparado. Los resultados ayudarían a hacer frente a una potencial nueva amenaza.

 

La muerte de tres soldados británicos renueva los interrogantes sobre la Guerra de Afganistán, supuestamente emprendida en respuesta a los atentados del 1 de septiembre. Sin minimizar y mucho menos justificar las actuales amenazas terroristas, nos preguntamos si este tipo de guerras sirven para combatirlas o para fomentarlas. Para algunos - y no queremos señalar a nadie en particular - si duda son un buen negocio.