POR SI ALGUIEN CREYÓ QUE LA SITUACIÓN DE LA ROYAL NAVY NO PODÍA SEGUIR EMPEORANDO...

26.04.2014 10:06

 

El 10 de abril, el destructor estadounidense Donald Cook, armado entre otros con misiles de crucero Tomahawk entró en aguas neutrales del Mar Negro. Dos días después, el sábado 12, una aeronave rusa Su-24 realizó vuelos rasantes sobre el destructor, equipado con el sistema de combate Aegis, un sistema de armas naval integrado desarrollado en los propios Estados Unidos. El sistema utiliza potentes radares y computadores para rastrear y guiar misiles para destruir blancos hostiles.


Repentinamente, todas las pantallas del buque quedaron oscuras. El sistema Aegis dejó de funcionar. El Su-24 voló sobre la cubierta del destructor, hizo un giro de combate e imitó un ataque con misiles. Luego giró nuevamente y repitió la maniobra 12 veces consecutivas. Un avión desarmado, con un sistema de guerra electrónica relativamente simple, puso en evidencia la vulnerabilidad de la nave estadounidense.

 

El destructor había participado en maniobras rumano-estadounidenses que tenían como objetivo convertirse en una demostración de fuerza, un mensaje a los rusos en medio del conflicto ucraniano. El tímido “esfuerzo” estadounidense por presionar a los rusos fracasó estrepitosamente. Como habíamos señalado en nuestro artículo anterior, el 5 de diciembre de 1994 Rusia, Estados Unidos y Gran Bretaña firmaron un acuerdo con Ucrania por el cual los tres primeros países garantizaban la unidad territorial de esa ex república soviética, a cambio de que misma renunciara a las armas nucleares. Rusia incumplió el acuerdo. También lo están incumpliendo los estadounidenses y británicos. Ucrania fue doblemente traicionada, primero por sus vecinos, luego por sus supuestos aliados. Las dos potencias occidentales están dando muestras de pusilanimidad y cobardía. Pero también están dando muestras de impotencia.

 

Pero los acontecimientos no terminan ahí. Estos días la Marina Real británica envió un buque de guerra con base en Portsmouth (sudoeste de Inglaterra) para el seguimiento de un buque de la marina de guerra rusa que se acercó a aguas británicas,  tal como lo informaron las propias autoridades del Reino Unido. El destructor Tipo 45 HMS Dragon fue enviado para seguir de cerca los movimientos de un gran destructor ruso de la poderosa clase Udaloy I, el Vice-Admiral Kulakov. El Dragon zarpó de Portsmouth con varios días de anticipación, ya que la Royal Navy no tiene ningún buque con capacidad oceánica estacionado en Escocia.

 

En otro hecho, la Real Fuerza Aérea británica (RAF) debió despachar de urgencia aeronaves Typhoon de su Quick Reaction Alert (QRA - alerta de reacción rápida) para identificar aeronaves desconocidas que se acercaban al espacio aéreo controlado por la OTAN (NATO), al norte de Escocia. Las mismas fueron identificadas como aviones TU-95 Bear rusos, en una misión de rutina en espacio aéreo internacional.

 

Más al sur, en Gibraltar, este jueves se registró un incidente entre una embarcación de la Guardia Civil española y una de la Royal Gibraltar Police. Durante el mismo un guardia civil sufrió lesiones en el cuello. Según las autoridades hibéricas, los hechos tuvieron lugar en aguas españolas cuando una patrullera de la Guardia Civil perseguía a contrabandistas de tabaco. Los españoles informaron que en el momento en que la patrullera del servicio marítimo de la Guardia Civil se disponía a remolcar un barco con tabaco de contrabando, aparecieron varias embarcaciones británicas que entorpecieron la maniobra de remolque. Una embarcación de la Royal Gibraltar Police se interpuso produciéndose reiterados choques entre las embarcaciones. En el hecho un agente español sufrió lesiones en el cuello y espalda. La Royal Gibraltar Police también convocó a dos naves de la Royal Navy. Todo lo que los británicos pueden hacer es alzar los altavoces de alguna de sus dos pequeñas patrulleras, pobremente armadas y de diseño comercial.

 

Más al sur aún, en Argentina, se realizó en los primeros días de abril la segunda fase de los vuelos de ensayo del sistema SAI-ORION. Así lo informaron fuentes oficiosas de la propia Armada Argentina. Las pruebas tuvieron lugar en el marco del convenio de colaboración vigente entre la marina de guerra argentina y la empresa INVAP S.E., para el desarrollo de un conjunto electroóptico montado sobre una plataforma estabilizada para las aeronaves Orion P-3. El sensor está compuesto por una unidad estabilizada que aloja dos cámaras diferentes para luz diurna, una cámara infrarroja para visión nocturna o por contraste térmico y un telémetro laser. El proyecto es financiado por el Ministerio de Defensa y la Armada Argentina. El mismo aportará a las aeronaves P-3B un incremento de su capacidad de vigilancia, identificación y reconocimiento de contactos adquiridos por otros sensores. Además circulan rumores  de que este año se realizaría el lanzamiento de un misil Exocet AM-39 desde una de estas aeronaves, quedando así las mismas homologadas para su empleo. Ya sea que se concreten o no, los rumores no dejan de ser una preocupación más para los británicos.

 

Estos hechos confirman lo que escribíamos hace menos de dos semanas: “La Royal Navy está desbordada y lo estará por mucho tiempo. Posiblemente su poder se siga deteriorando. Nada ni nadie puede ser exigido tanto sin pagar un precio. El desgaste físico, síquico y material son difíciles de medir, pero sus consecuencias suelen ser muy notables.” En Gibraltar ya hubo un herido. Entre tanto Ucrania debe luchar en solitario contra la opresión rusa. Quienes prometieron defenderla no quieren. Surge otra pregunta más: ¿pueden?