La Royal Navy Parte I - Flota de superficie

05.12.2011 23:40

INTRODUCCIÓN

 

Hoy por hoy la Royal Navy (Marina Real) británica está muy lejos de ser la flota poderosa de otros tiempos, como lo fue por ejemplo, durante la IIGM o durante la Guerra de Malvinas, en 1982. Afectada por fuertes recortes presupuestarios y desgastada en diversos conflictos es apenas la sombra de lo que fue en sus mejores momentos.

 

Su espina dorsal son las fragatas del tipo 23 – en proceso de modernización – y sus destructores del tipo 42, los cuales están llegando al final de su vida útil y están siendo reemplazados por los tipo 45. Estos últimos distan mucho de ser navíos maduros y hasta donde se sabe, por ahora sus capacidades son bastante limitadas. Su radar principal necesita de muchas mejoras, en especial de software y su casco parece ser demasiado endeble, según se desprende de la relación tamaño del buque/desplazamiento del mismo. De las fragatas tipo 23 sólo un par habrían completado todo el proceso de modernización lo que significa que varias de estas unidades deberán ser sometidas a distintos trabajos de mantenimiento y reacondicionamiento lo que limitará aún más la disponibilidad de buques de superficie de verdadera capacidad operativa. De todos modos trataremos en detalle ambos tipos de buques en otra parte de este informe.  

 

Los dos navíos de la clase Albion se alternan en el rol de buques insignia, de momento lo es el HMS Bulwark – buque gemelo del HMS Albion – y lo será por los próximos 4 años (19/10). El ex portaaviones – devenido en portahelicópteros – HMS Illustrious reemplazará en ese rol al HMS Ocean cuando éste sea sometido a trabajos de reacondicionamiento, lo cual sucedería a la brevedad. Una serie de buques de la Flota Real Auxiliar (Royal Fleet Auxiliary) completan la dotación de buques de asalto anfibio. 

 

Dos buques oceanográficos, un  buque de patrulla antártica, patrulleros, dragaminas y buques de entrenamiento completan la flota de superficie que cuenta con el apoyo de la Royal Fleet Auxiliary, cuyos buques son propiedad del ministerio de Defensa británicos y son tripulados por civiles. Como ya lo mencionamos la RFA tiene algunos buques que pueden ser considerados de asalto anfibio, siendo el resto buques de apoyo logístico. 

 

La Royal Navy no cuenta por el momento con portaaviones. Están en etapa de construcción dos de la clase Queen Elizabeth, pero el primero recién estará terminado hacia el 2020. Luego debe ser sometido a un prolongado período de pruebas, cuya duración se estima en unos tres años. Se calcula que estará plenamente operativo recién hacia el 2030, que es cuando contaría con una dotación completa de los F-35C. Si bien estará en condiciones de llevar a cabo algunas operaciones, la dotación incompleta de los aviones mencionados constituirá una seria limitante. No se sabe aún cuál será el destino del segundo portaaviones de la clase, aunque todo hace suponer que no funcionará como tal. Entre otras razones se cita la carencia de personal para tripularlo. La Royal Navy está sufriendo recortes de personal y posiblemente los mismos continúen. La falta de un portaaviones es una de las mayores debilidades de la RN de hoy ya que limita enormemente su proyección de fuerzas en el plano estratégico.

 

De todos modos la incorporación de al menos uno de ellos conllevará nuevos gastos ya que la cantidad y calidad de buques logísticos disponibles es insuficiente para proveer de combustible, misiles, municiones, agua potable, etc. a lo que se denomina un grupo de batalla de portaaviones. Libia fue un claro ejemplo de los problemas logísticos de Gran Bretaña en diversos sectores y niveles involucrados. Claro que los bitánicos aprendieron algunas lecciones, lo que no significa que en un escenario más complejo no volverían a fallar. Hay errores humanos – relativamente fáciles de corregir – y hay falencias materiales. Estas últimas requieren de dinero, algo muy escaso para las fuerzas armadas británicas de hoy. 

 

El constante crecimiento de los costos de los proyectos en marcha y una marcada ineficiencia en el uso de fondos pintan un panorama desalentador para el futuro de esta marina de guerra. Eso sumado a la crisis que está atravesando toda Europa, de la cuál el Reino Unido no está totalmente al margen, hace que muchos piensen que la RN ya no volverá a ser una potencia militar de primer orden, al menos no en el mediano plazo. Y eso que ni siquiera hemos mencionado el peor de los escenarios como el que podría generar, por mencionar un ejemplo, el eventual logro de la independencia de Escocia… No es la intención de este informe abrir conjeturas. Sí podemos afirmar que con la presente tendencia la Marina Real dependerá cada vez más del principal socio estratégico, los Estados Unidos de Norteamérica, lo cual tiene su precio. ¿Será por eso que Gran Bretaña busca tanto acercarse a Francia en materia de defensa? Eso al menos le brinda una alternativa, aunque la misma es de un valor bastante dudoso.