¿BIDEN ESTÁ SIENDO EXTORSIONADO?

28.09.2021 10:12
 
Los demócratas sabían que Trump era un hombre con el que no podían lidiar, por eso inventaron una serie de mentiras que fueron minando su imagen. Ya hemos escrito acerca de las falsedades del doctor Fauci respecto del origen del covid-19. Hubo otro engaño que alcanza el rango de conspiración y que está saliendo a la luz. Posiblemente usted recuerde de la presunta intromisión rusa para beneficiar a Trump en las elecciones del 2016. Lo persiguieron durante todo su mandato pero ahora se está demostrando que el cuento ruso fue una falacia de los demócratas para desprestigiar al expresidente. Los lista de los involucrados en el complot incluye al actual Consejero de Seguridad Nacional de Joe Biden, Jake Sullivan, de desastrosa actuación durante la retirada estadounidense de Afganistán. Sullivan habría tenido un rol importante el la campaña de desprestigio contra Trump y habría mentido bajo juramento sobre el tema. En las maquinaciones fue involucrado el FBI que como mínimo mostró una gran incompetencia pero hay elementos para sospechas peores. Obviamente la campaña no hubiera sido posible sin el apoyo de al menos algunos medios adictos a los demócratas que no investigaron debidamente el tema.
 
Claro que el complot de mentiras no fue gratuito, su costo fue de unos doce millones de dólares que salieron de los fondos de campaña de Hillary Clinton y del Comité Nacional Demócrata. Cincuenta mil dólares adicionales habrían salido del propio FBI, bajo el mandato del Director James Comey. Investigadores del Departamento de Justicia concluyeron que Comey rompió varias reglas. Hillary - esposa de Bill Clinton, quien se hizo famoso por su "romance" con Monica Lewinsky - estuvo detrás de la compleja trama de mentiras que sostenía que Donald Trump había tenido contactos ilegales con con un banco basado en Rusia, el Alfa Bank. Todo lo que la mafia de Hillary encontró fue correo basura (spam) de empresas de Trump, posiblemente enviado desde los servidores de un tercero al mencionado banco. La lista de nombres de quienes colaboraron a impulsar la mentira montada sobre ese dato inocente incluye a prominentes ex funcionarios y funcionarios actuales, algunos de los cuales mintieron sobre el tema estando bajo juramento. Si la justicia norteamericana se decide a estudiar el asunto a fondo podrían rodar muchas cabezas. Entre los que colaboraron para "demostrar" la "conexión" de Trump con los rusos hubo personas que debían proveer seguridad a computadoras del gobierno y terminaron extrayendo información de las mismas.
 
Las mentiras que están siendo expuestas no son ni por lejos el único talón de Aquiles del presidente demócrata Joe Biden. Uno de sus hijos, Hunter, es un hombre plagado de vicios y por lo tanto muy vulnerable. Hay indicios muy fuertes de que Hunter Biden se dedica al tráfico de influencias. Un hombre plagado de vicios que se habría dedicado a presentar a empresarios extranjeros a su padre, vuelve a este último presa fácil de extorsiones. Joe Biden siempre negó ese tráfico de influencias pero los indicios son cada vez más sólidos y numerosos. Cuando el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica es extorsionable, se vuelve un hombre peligroso. En el 2010 la administración Obama aprobó la venta de la quinta parte del uranio estadounidense a los rusos. Ya en el 2009 el FBI y el Departamento de Justicia investigaban presiones e intentos de extorsión por parte de los rusos para concretar esa venta. La venta del 2010 fue aprobada por el Committee on Foreign Investment in the United States, del que Hillary Clinton formaba parte. Según la prensa más conservadora, muchos de los miembros del mencionado comité tenían lazos con la Fundación Clinton.
 
La debilidad de Biden frente a los chinos es manifiesta, algunos comienzan a preguntarse si Biden está siendo influido o extorsionado por los asiáticos. La presidencia de Biden comienza a tambalearse. Su imagen está en caída libre y la lista de los arrepentidos de haberlo votado es extremadamente larga. Fueron presa fácil de las operaciones de prensa. Ahora son los republicanos quienes deberían impulsar el embate judicial contra la Casa Blanca. Si no lo hacen, el deterioro de la democracia norteamericana terminará siendo extremadamente grave.