¿UN PUÑADO DE CONSPIRACIONISTAS?

14.06.2021 11:01
 
Buena parte de los grandes medios de comunicación y la red social Facebook arremetieron sistemáticamente contra la hipótesis sobre la fuga del covid-19 de un laboratorio de Wuhan. Algunos funcionarios Republicanos, algunos miembros y ex miembros de servicios de Inteligencia de EEUU y del Reino Unido de Gran Bretaña y unos pocos medios de comunicación algo más conservadores aportaron sólidos indicios en sentido contrario. Los chinos ocultaron datos y personas y negaron el acceso a sitios clave para la investigación. Ahora Joe Biden parece querer dejar que las investigaciones se diluyan. Los acusadores son llamados conspiracionistas pero hay mucha gente que colabora para que todo quede en la nada. El doctor Fauci, encargado de manejar las consecuencias de la pandemia, negó sistemáticamente la posibilidad de una fuga de laboratorio en público pero hoy se sabe a ciencia cierta que en privado temía ser responsabilizado por la misma. El organismo al que pertenece envió dinero al laboratorio de Wuhan a sabiendas de lo que allí se hacía. 
 
La construcción del laboratorio chino se completó en colaboración con el gobierno francés. También el Galveston National Laboratory de la Universidad de Texas está siendo o fue investigado por presuntos vínculos con el Instituto de Virología de Wuhan. Hace apenas un par de horas hemos informado sobre una fuga en una planta de energía nuclear china. La planta es copropiedad de una empresa francesa. Independientemente de la gravedad del hecho (hemos mencionado nuestras dudas sobre la fuente) empezamos a preguntarnos por qué hay tanta colaboración de empresas extranjeras con emprendimientos en China. El dinero es sólo la respuesta más obvia. Ya muy presionado por los Republicanos, Fauci dijo que era preferible hacer la investigación en China para llevar el riesgo lejos de los EEUU. Si esa fue la verdadera intención, obviamente la maniobra no dio los resultados esperados. No sólo el Partido Comunista Chino muestra un desprecio total por la vida. 
 
Ante la posibilidad de que todas las investigaciones sobre Wuhan queden en la nada cabe preguntarse si los conspiracionistas no tienen razón. La verdadera conspiración parece ser la tendiente a ocultar todo. De ser así, las noticias con las que literalmente nos toca lidiar, podrían ser sólo el principio. Ya murieron 3,5 millones de personas. La próxima vez - y muchos creen que la probabilidad de que ocurra un hecho similar es alta - el escenario podría ser mucho peor. Una de las armas para impedirlo es la información. 
 
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