ATERRIZAJE NO PLANIFICADO DE UN F-35

13.03.2013 09:49

 

Que el programa F-35 genere opiniones dispares entre analistas de defensa y aficionados a los temas aeronáuticos militares es un hecho relativamente comprensible. Que las opiniones del personal del Pentágono, en especial aquellas que se hacen públicas sean contradictorias entre sí, es algo más difícil de entender. Por momentos genera la sensación de que no todos los funcionarios tienen la misma visión sobre el futuro del programa y que el mismo no goza de un apoyo generalizado dentro del ámbito de los ejecutivos de la defensa estadounidense.

 

El Teniente General de la Fuerza Aérea de los EEUU Christopher Bogdan expresó que Lockheed Martin y Pratt & Whitney están mejorando los procesos de producción para el F-35 y que el precio por unidad se dirige a donde los "socios quieren que sea", es decir unos 80 a 90 millones de dólares por unidad.

 

Por su parte el jefe de adquisiciones del Pentágono, Frank Kendall, dijo que espera aumentar la producción del F-35, pero que sólo lo hará si se hace un progreso adecuado en las pruebas del programa. Kendall es quien maneja el presupuesto de compras y no parece muy dispuesto a asumir riesgos. Exige que Lockheed Martin cumpla con sus pruebas de vuelo y con el desarrollo de los programas de software. “El destino del programa está en manos de Lockheed", afirmó.

 

Mientras tanto Bogdan parece haberse dado cuenta de su error de haber criticado a Lockheed Martin y Pratt & Whitney públicamente y ahora prefiere buscar culpables en otra parte. Afirmó que ahora las empresas están haciendo un muy buen trabajo, encarando los problemas y peculiaridades de la línea de producción de tal manera que todo funciona mejor. Ahora volvió a apuntar los dardos a Turquía, señalando que con la decisión de ese país de retrasar dos aviones por dos años, los costos de todos y cada uno de los aviones del lote LRIP-7 se incrementarán en cerca de 1 millón de dólares. ¿Quién es el responsable del resto de la diferencia entre el costo estimado inicialmente y el costo real hoy por hoy?

 

Entre tanto los hechos siguen hablando por sí solos. Ayer un F-35A de la Fuerza Aérea de los EEUU realizó un aterrizaje no planificado en el Aeropuerto Internacional de Lubbock, a unas 300 millas de las instalaciones de de montaje final de Lockheed Martin en Fort Worth. El aterrizaje fue consecuencia de una advertencia de precaución, debida a un desperfecto en la aeronave. El avión estaba siendo trasladado a la Base Aérea Nellis, Nevada.

 

Finalmente informamos que el 27 de febrero un Joint Strike Missile (JSM) fue “enganchado” a un F-35 por primera vez. Esto sucedió en Fort Worth, Texas. La instalación del misil fue parte de una comprobación de ajuste, usándose uno de los puntos externos de anclaje de armas. Hacia el final de este año se harán pruebas para verificar que el misil también es capaz de ser transportado dentro de las bodegas de armas internas de la aeronave. Los controles de ajuste para las bodegas internas se limitarán a la variante convencional, es decir al F-35A.

 

El F-35 podrá alojar un JSM por cada una de sus dos bodegas, pudiendo conservar así sus propias características de avión sigiloso. El F-35 podría llevar un número adicional de estos misiles externamente. De momento el JSM es el único misil de su tipo que cabrá en las bodegas de armas del F-35.