BREXIT: BRUSELAS CON EL AGUA AL CUELLO (O LA BAYONETA EN LA YUGULAR)

20.09.2019 09:34
 
En el vértigo y cierto caos creados por la proximidad de la fecha de salida del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte de la UE no es fácil separar la paja del trigo. En nuestro artículo del pasado martes afirmábamos: "[Boris] Johnson quiere salirse de la Unión Europea; si le dan la posibilidad de una salida no traumática, tanto mejor. Pero como tiene en mente la idea de la restauración del poder global británico la actitud de los federalistas europeos tiene para él un valor relativo". Eso es lo que parece estar sucediendo en el tablero de ajedrez europeo. El Primer Ministro británico está jugando una excelente partida, está obligando a los europeos a intensificar las negociaciones, a mostrar flexibilidad donde antes había intransigencia, a hacer propuestas y declaraciones coherentes y otras que no lo son tanto. El premier parece estar decidido: o gana la partida o patea el tablero haciendo volar las piezas de la arrogancia del federalismo europeo por los aires.
 
Claro, no todo sería color de rosa para los británicos si se llega a un brexit sin acuerdo pero no olvidemos que estamos hablando de un pueblo que soportó estoicamente los bombardeos de Londres durante la Segunda Guerra Mundial. Algún historiador podría argumentar que ellos mismos provocaron esos bombardeos pero eso no viene al caso. Seguir siendo miembros de la Unión Europea tiene un precio demasiado elevado para los británicos. La extremadamente laxa política europea respecto a la inmigración, su incipiente ruptura con la OTAN (recordemos que algunos lideres federalistas hablan de los Estados Unidos de Norteamérica como de un potencial enemigo o al menos adversario); la creación de un Ejército Europeo por parte de países que ni siquiera cumplen con la cuota de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y su creciente alineamiento con un globalismo aún más siniestro que el de los británicos, hace que los éstos quieran romper parte de sus lazos con la UE. Es entendible.
 
Mientras Bruselas busca (tardíamente) una salida, Johnson se reúne con los jefes de sus fuerzas armadas y les aumenta el presupuesto y les habla de su rol en la Gran Bretaña Global. Será impuesta por las buenas o por las malas y eso a la mayoría de los ingleses no le disgusta. Recuerdan y/o conocen la extensión que alguna vez tuvo el Imperio británico, recuerdan su esplendor y opulencia y antes que ser súbditos de un Nuevo Orden Mundial prefieren restaurar su supremacía de antaño. Si Europa les ofrece una salida fácil, tanto mejor. Caso contrario sufrirá tanto o más que los habitantes del reino. Los federalistas europeos de pronto parecen haber descubierto que Londres siempre habló en serio cuando se trataba de irse. Quisieron correr a los británicos con la vaina y ahora la bayoneta se les está clavando en el cuello. Ya lo dijimos, de aquí en más puede pasar cualquier cosa.
 
Artículo relacionado:
 

 

ANUNCIE EN NUESTRO PORTAL

 

Consultas a: geoestrategia2019@gmail.com