BREXIT: SIN SOLUCIONES A LA VISTA

15.05.2019 13:24
 
Theresa May someterá el acuerdo por el brexit a una cuarta y - según ella - última votación de la Cámara de los Comunes de Parlamento británico. Según entendemos, las modificaciones que pudiera introducir a su trato ya establecido con la Unión Europea son las que se refieren a la declaración política que lo acompaña ya que los federalistas del otro lado del Canal de la Mancha no quieren modificar nada de la parte sustancial del mismo. La nueva votación tendría lugar en la semana que comienza el 3 de junio próximo. Las perspectivas son malas. La premier cosecha la oposición de su propio partido por negociar con un laborismo en el que difícilmente se puede confiar y que plantea exigencias irreconciliables con la postura oficialista. Son muchos los conservadores que exigen la renuncia de la Primer Ministro que está manejando el brexit de manera como mínimo, torpe. Está destruyendo a su partido y hasta a parte de sus filas ministeriales. El euroescéptico Gavin Williamson fue expulsado del Gabinete sin que se presentaran pruebas contundentes para la acusación que se le hizo de haber filtrado información sensible de una reunión del National Security Council (NSC - Consejo de Seguridad Nacional). Poco después la propia May fue acusada de filtrar detalles de sus ofertas a los Laboristas. Los enemigos de May abundan por todas partes y hasta algunos funcionarios de la Unión Europea se burlan de ella casi abiertamente. Parte del laborismo comienza a mirar con antipatía las negociaciones con una líder que no puede ofrecer las más mínimas garantías de su permanencia en el poder. Como si eso no fuera suficiente, las negociaciones entre May y la oposición giran en torno a una unión aduanera resistida por los conservadores. El 3 de junio podría ser una fecha lejana para las aspiraciones de la líder británica.
 
Aún cuando se llegara a una votación por parte de los diputados del Reino Unido, la aprobación del acuerdo de May con la Unión Europea parece bastante improbable ya que no conforma del todo a propios y mucho menos a ajenos. ¿La nueva presentación a los Comunes es la forma que eligió la premier británica para lavarse las manos? Es imposible afirmarlo pero la convocatoria se parece demasiado a un acto inútil, cuando no perjudicial para la sociedad británica. 
 
Theresa May haría bien en buscar una salida muy rápida de la federación europea o la permanencia en ella. Es verdad, con la primera podría complicar mucho la economía británica y con la segunda traicionaría a buena parte de su propio partido y a los británicos en general, que ya se pronunciaron a favor de irse de la UE y que, si se toma en cuenta el crecimiento del euroescéptico Partido del Brexit, no parecen haber cambiado de opinión, al menos no de manera masiva. Lo más leal sería optar por la salida. Cualquiera sea la decisión hay que tener en cuenta que el desgaste de la indecisión actual es tan grande que llevará mucho tiempo reparar sus consecuencias.
 
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