CON TRUMP, EL BREXIT Y LAS OBRAS FARAÓNICAS LA DEFENSA BRITÁNICA DA CLARAS SEÑALES DE COLAPSO

17.11.2016 21:32
El caudal de noticias que se originaron estos días en torno a los problemas de defensa del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte supera ampliamente al habitual. Es difícil sacar conclusiones sobre la marcha pero podemos al menos enumerar las versiones y analizar su contexto y credibilidad.
 
Una de las versiones que sonaron con más fuerza por esto días es que en dos años la Royal Navy podría quedarse sin misiles antibuque. En el 2018 (aparentemente por entones se vencen) los Harpoon serían retirados sin reemplazo. Un paliativo que surgiría recién en el 2020 serían los misiles antibuque livianos Sea Venom que sería portados por los helicópteros Wildcat. Los Sea Venom son eficaces contra buques menores, hasta el tamaño de una corbeta. Aún así se correría el riesgo de que el helicóptero que intentara dispararlos fuera derribado antes de poder hacerlo. Entre tanto la Royal Navy sólo dispondría de cañones en sus destructores y fragatas.
 
Surgieron algunos rumores sobre los potenciales sucesores de los Harpoon de la Royal Navy. Una de las posibilidades que se barajaron fue la de incorporar el misil antibuque de largo alcance (LRASM por sus siglas en inglés). El LRASM se encuentra en desarrollo para la Marina de los EEUU y es un misil furtivo pero la Royal Navy lo tendría en cuenta recién para las fragatas tipo 26 cuya construcción aún no comenzó.
 
Otro rumor, que a diferencia del arriba mencionado fue reproducido por muy pocos medios especializados y comunes, es el de la persecución por parte de la fragata tipo 23 HMS Sutherland, un submarino de la clase Trafalgar y tres aeronaves de la OTAN de varios submarinos rusos en aguas próximas a las costas de Escocia. Es difícil verificar la información, los rusos tienen sus flota de submarinos algo descuidada pero la Royal Navy y la RAF carecen de aviones de vigilancia marítima, hecho que puede envalentonar a los rusos.
 
Una noticia con carácter oficial es la del retraso en la transferencia al Reino Unido del RFA Tidespring, un buque de reabastecimiento de la clase Tide. Los trabajos sobre el primer buque de la clase llevan ocho meses de retraso. El RFA Tidespring debe ser transferido al Reino Unido para acondicionamiento final y la evaluación de sus capacidades. La clase Tide se encuentra en construcción en Corea del Sur por parte de la empresa Daewoo.
 
Otra cuestión claramente comprobable es el malestar alemán por las trabas que pone el Reino Unido a la formación de un sistema de defensa  europeo. Tras las declaraciones del Presidente electo de los EEUU de que ese país no cubriría automáticamente el déficit de la OTAN en materia de inversiones para la defensa, Europa Occidental quiere articular su propio sistema defensivo. Los británicos por temor a quedar totalmente aislados ponen trabas al mismo, lo que a la larga podría acarrearles un aislamiento aún mayor.
 
Si a estos hechos les sumamos el de que de los seis aparatos Sentry E-3D de alerta temprana de la Real Fuerza Aérea británica (Royal Air Force - RAF) ninguno se encuentran en servicio, el de la noticia que trascendió hace pocos días que daba cuenta de un incendio producido a bordo de un F-35B en pleno vuelo de entrenamiento y las versiones que indican que la Defensa británica tendría nuevamente sus cuentas en rojo podemos afirmar que hay algo de verdad en la afirmación de que la Defensa del Reino Unido se encuentra al borde del colapso.