EL ALTO PRECIO DE LAS DUDAS (¿QUÉ HACER DESPUÉS DE BAKHMUT?)

22.05.2023 18:06
 
Las pérdidas del personal militar de las Fuerzas Armadas de Ucrania en Bakhmut ascendieron a unos 57.000 muertos y más de 85.000 heridos. Algunos analistas, como el Coronel estadounidense Douglas Macgregor, aseguran que los muertos de Kiev fueron alrededor de 80.000. Durante los combates, se destruyeron más de 10.000 piezas de equipo y armas de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Además, más de 50 aviones y helicópteros ucranianos fueron derribados sobre la ciudad ahora en ruinas. Aún no disponemos de las cifras de las bajas rusas. Entre tanto Joe Biden anunció que enviará otro paquete de 375 millones de dólares en ayuda a Ucrania. Eso no alcanza ni para cien misiles Patriot que los ucranianos pueden disparar en muy poco tiempo si se encuentran bajo una seguidilla de ataques intensos. Por otra parte, diversos medios informaron que el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valery Zaluzhny, resultó gravemente herido durante un ataque con misiles contra Kiev a principios de mayo y podría dejar su puesto. La información es creíble, los ataques a la capital ucraniana fueron muchos y se sabía que los centros de mando eran un objetivo probable.
 
Tu-22M3 ruso- Foto: Alex Beltyukov creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.en (la imagen original ha sido redimensionada)

En la mañana del 22 de mayo trascendió que los ucranianos iniciaron contraofensivas en algunas zonas del frente. Las mismas todavía son limitadas y están dando tiempo a los rusos a reforzar sus posiciones defensivas construidas hace algunos meses, algunas incluso hace muchas décadas, como son las de Crimea. En las últimas noches los rusos llevaron a cabo poderosos ataques aéreos sobre la infraestructura militar-industrial de Ucrania. Como parte de estas operaciones de desgaste y debilitamiento, se atacaron objetivos en las regiones de Odessa, Nikolaev y Dnepropetrovsk. También fueron bombardeados Kharkiv y la parte de Zaporozhye controlada por fuerza ucranianas. En las últimas dos zonas, los blancos fueron el equipamiento militar y las tropas del oponente. Entre los objetivos más castigados figura un aeródromo militar. Fueron atacados hangares con armas y municiones; equipos de aviación y posiciones para preparar misiles (Fuente: Ministerio de Defensa ruso). Aún así existe la posibilidad de una ofensiva ucraniana de proporciones mayores a las de las actuales. Sus posibilidades de éxito son extremadamente dudosas por diversos factores: la falta de un número suficiente de soldados bien entrenados; el grave debilitamientos de los medios antiaéreos ucranianos; la falta de munición suficiente y el lentísimo flujo de armas occidentales, entre otros. Las divisiones en la OTAN y en Europa se profundizaron y la provisión de armas se volvió inconstante; irregular; extremadamente parsimoniosa. En esas condiciones las posibilidades de las tropas de Zelenski de llevar a cabo un contraataque que pueda consolidar algunos éxitos efímeros son bajísimas. Llegados los primeros grandes fracasos, quienes apoyaron la guerra parecen no saber que decisión tomar. Eso es extremadamente grave. Para cuando se tome alguna decisión, para Ucrania será tarde. De hecho, ya los es.
 
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