EL BREXIT YA DIVIDE Y DEBILITA A GRAN BRETAÑA, A EUROPA Y A OCCIDENTE
26.12.2018 11:51
En nuestro último artículo hemos explicado las opciones que quedaron abiertas para la salida de Gran Bretaña de Europa: la aceptación de un acuerdo con la Unión Europea; una salida sin acuerdo o una marcha atrás en la decisión de abandonar la UE.
La aceptación del acuerdo tal como está definido hasta este momento dejará disconformes a muchos británicos pero la UE parece no estar dispuesta a ceder.
Las consecuencias de una salida sin acuerdo son impredecibles. Además de un posible desabastecimiento de comestibles y de algunos medicamentos varias decenas de programas de seguridad se verán debilitados, entre ellos algunos de intercambio de inteligencia. Si bien los principales socios de Londres en la materia son los Estados Unidos de Norteamérica y algunos países del Commonwealth, sin dudas la colaboración con los países europeos es vital para los británicos.
Por ahora prácticamente no se habla de la posibilidad de revertir la decisión de abandonar Europa.
Hablar del Brexit y del debilitamiento europeo es una obviedad y consideramos innecesario hablar del debilitamiento de Occidente, máxime a la luz (o a la sombra) de los deseos de Macron y Merkel de formar un ejército europeo.
Nos interesa remarcar el debilitamiento británico. En primer lugar está el problema de la frontera de Irlanda del Norte, un tema complejo que no es el que queremos tocar en este artículo. Estamos hablando de los daños que el Brexit ya está causando. Lo que ya está ocurriendo es la lucha política interna entre oficialismo y oposición y dentro del propio oficialismo británico. Theresa May parece estar enfrentando varios complots de gente de su entorno. Las pruebas no son contundentes pero los rumores son reiterados, crecientes y no exentos de lógica y previsibilidad. La tensión interna en el Reino Unido es evidente y sus consecuencias no desaparecerán de un día para el otro. Entre tanto la fecha límite para llegar a un acuerdo se acerca con rapidez. Los funcionarios de la UE no ocultan su tedio respecto al tema y en el reino insular el nerviosismo crece. Pase lo que pase de acá en más, el daño ya está hecho y en parte será duradero.
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