EL ESTADO DE LOS SUBMARINOS DE LA ROYAL NAVY TRATADO EN PROFUNDIDAD (Quinta y última parte)

09.01.2020 08:01
 
Las demoras en la Clase Astute obligaron en su momento a hacer complejos trabajo de mantenimiento en los ejemplares de la Clase Trafalgar que aún se encontraban en servicio. Lo mismo sucede y sucederá con la Clase Vanguard por las demoras de la Clase Dreadnought. Los británicos se tomaron una larga pausa entre la finalización de los Vanguard y el comienzo del desarrollo y construcción de los Astute lo que condujo a la pérdida de personal calificado. 
 
Diseñar y construir submarinos nucleares no es tarea sencilla y la pérdida del mencionado personal especializado seguramente es responsable de parte de las demoras y de los problemas de construcción y desarrollo. Todo eso conduce a un circulo vicioso muy costoso en tiempo y dinero; como no hay mano de obra calificada se retrasan los trabajos, somo se retrasan los trabajos hay que reparar submarinos viejos y como los submarinos viejos ocupan espacio en las instalaciones y mano de obra calificada, no pueden construirse nuevos en tiempo y forma. Allí la espiral descendente comienza a dar otra vuelta hacia abajo. Las demoras crecen y los costos de por sí siderales, se acrecientan. Y ni siquiera hemos mencionado el tema de los misiles Trident. La cifra total es casi impagable y si a la misma se le suma la de proyectos del caza de sexta generación Tempest y otros, el lector podrá comprender el por qué constantemente hablamos de un posible - cuando no probable - colapso financiero de la Defensa británica cuyo rojo encendió las alarmas hace tiempo.
 
Las alarmas conllevan un peligro: si suenan muy a menudo y durante demasiado tiempo, uno deja de prestarles atención. Parece no ser el caso de algunos asesores del Primer Ministro Boris Johnson que indican claramente que si se quiere mantener el programa de construcción de submarinos hay que desprenderse de uno de los portaaviones. Aún así nos atrevemos a decir que eso no alcanzaría. Los números no cierran, se los mire por donde se los mire. Por otra parte el programa Dreadnought es una completa idiotez, una ofrenda a la industria bélica británica que hace rato trabaja para su beneficio, no para el de las fuerzas armadas británicas. Los británicos no necesitan submarinos SSBN y los mismos no les dan un poder disuasivo independiente. Es un secreto a voces que en última instancia las decisiones al respecto las toman los estadounidenses.
 
Otro secreto a voces es el extremo desbalance de la flota británica que ni siquiera tiene buques suficientes para asegurar las bases de sus submarinos. En Escocia, donde se basa el grueso de la fuerza de submarinos británicos, no hay un buque mayor para brindar seguridad a la base y a los submarinos que entran y salen de ella. Y todavía no mencionamos la eventual independencia de Escocia. Los independentista aprovechan el tema del Brexit para volver a poner la cuestión en el tapete. Si los escoceses se independizaran podría exigir el retiro de los submarinos de sus bases y hasta alguno de los submarinos aunque esto último nos parece poco probable.
 
Como se ve, el Servicio Silencioso británico da mucho de que hablar y podría ser la fuerza que arrastre a la defensa británica al fondo del mar. Casi literalmente.
 
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