EL GRAN COMPLOT AMERICANO

24.06.2021 12:36
 
El deterioro mental del presidente estadounidense es cada día más evidente. Se trata del hombre que está a cargo del país que lidera el mundo libre o lo que queda del mismo. Sus enemigos aprovechan su debilidad. Putin avanza sobre el Ártico, se hizo del control casi total del Mar Negro, acaba de hacer una tremenda demostración de fuerza frente a las costas de Hawái y de reafirmar su apoyo militar a Venezuela. Biden detuvo la investigación de Inteligencia sobre el origen del covid-19 que había sido ordenada por Donald Trump, luego dispuso iniciar otra y ahora dice que es la desprestigiada Organización Mundial de la Salud la que debe indagar sobre el tema. Los chinos tuvieron mucho tiempo para deshacerse de casi toda la información que pudiera implicarlos. Las idas y vueltas del mandatario estadounidense pueden costarle al mundo una nueva pandemia - decenas de laboratorios chinos de virología siguen funcionando. El Presidente de los EEUU también está reviviendo el acuerdo nuclear con Irán, dejando a los israelíes en una posición extremadamente delicada. La retirada norteamericana de Afganistán podría significar que en pocos meses Kabul caiga en manos de los Talibanes.
 
En el frente interno la situación es aún peor, provocada deliberadamente por un gobierno de la más dura izquierda liberal. En las escuelas se promueven el odio racial y el libertinaje sexual. En las calles se fomentan el delito y las revueltas que se llevan a cabo ante una policía ya casi sin voluntad de reaccionar. Se le quitaron fondos, se la somete a jueces hostiles y a la crítica de los numerosísimos medios funcionales a la política gubernamental. Muchísimos abortos son financiados por los contribuyentes, no importa lo mucho que un gran número de ellos puedan protestar contra eso. Paradójicamente la mayoría de los abortos termina en la muerte de niños nonatos afroamericanos, minoría a la que el estado dice proteger de la agresión de "supremacistas blancos", calificativo que aplica a toda persona blanca. De la tragedia humanitaria en la frontera sur hemos escrito más que de sobra.
 
En este estado de situación, el expresidente Donald Trump decidió retomar la iniciativa. Trump no pudo retener el poder debido a lo que muchos ven como un complot. El doctor Fauci, uno de los promotores del "mejoramiento" de los coronavirus y responsable del manejos de la pandemia, mintió sistemáticamente diciendo que era imposible que el covid hubiera escapado de un laboratorio chino. Trump aseveraba lo opuesto, basado en información de Inteligencia que nunca pudo ser refutada, es más, las nuevas investigaciones la van corroborando. Los medios liberales apoyaron a Fauci y publicaron una serie de mentiras sobre Trump, culpándolo sistemáticamente del avance del virus chino. Hubo otras falsas imputaciones contra Trump, el presunto apoyo ruso fue una de ellas. Así y todo se dice que los votos demócratas no alcanzaron y hay claros indicios de la manipulación de las elecciones. 
 
Pocos estarían prestando atención a esos hechos pasados si no fuera por el calamitoso estado de la Unión. Ahora hay muchos que se esfuerzan por que Trump retorne en el 2024. El expresidente está volviendo a escena y con jugadas fuertes. Próximamente viajará a la frontera sur. Ni bien anunció su intención, la Vicepresidente Kamala Harris programó su propia visita a la misma. Después de más de 90 días de haber sido puesta a cargo de la catástrofe humanitaria que tiene lugar ahí, Harris se ve obligada a dar la cara. Antes, ayer, Biden destituyó al jefe de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza nombrado durante el mandato de Trump. El hecho puede interpretarse como una señal de que nada va a cambiar, es decir que todo seguirá empeorando. El país que históricamente (y no sin fallas) fue garante de un Occidente libre se está desmoronando por culpa de un grupo de personas que, créase o no, buscan su colapso deliberadamente. No es culpa sólo del decadente Joe Biden o de la incompetente Kamala Harris, alguien quiso que ese par de ineptos gobernara los Estados Unidos de Norteamérica. Es obvio que no están donde están por mérito propio.
 
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