EL PREMIO ES EUROPA

26.11.2022 13:18
 
Los rusos siguen castigando el sistema eléctrico ucraniano con misiles disparados desde tierra, mar y aire. Por un tiempo, hasta media Moldavia quedó a oscuras por encontrarse conectada al antiguo sistema de suministro soviético. La Inteligencia británica afirma una vez más que Putin se está quedando sin misiles. Esa afirmación apareció por primera vez en un medio de prensa apenas un mes después de iniciada la guerra. Hay gente que sigue creyéndola. Los argumentos de los espías de Londres son francamente pueriles; carecen de cualquier sustento coherente. Ningún analista serio cree en ellos. El sistema eléctrico ucranianos se encuentra colapsado. Los sistemas financiero y económico también. Kiev intenta distribuir electricidad a través de un sistema deteriorado y con capacidad muy limitada, por lo que las redes eléctricas a menudo se incendian. Los bombardeos persisten.
 
Esta semana el Ministerio de Defensa ruso mostró imágenes de su ejército llevando a cabo importantes ejercicios de adiestramiento en el Donbass. Los rusos dominan el mar y el aire. Rusia tiene la flota de tanques más grande del planeta; su sistema de artillería autopropulsada también es impresionante. Todo eso no impide que el gobierno estadounidense y el británico sigan fogoneando la guerra. Francia también lo hace pero bastante más tímidamente. De Alemania nunca sabe se cuál será su siguiente paso. Olaf Scholz es un hombre de pocas luces y su personalidad no es precisamente descollante. Con sus sanciones contra Rusia la Unión Europea tiró un piedra al aire y ahora le llueven rocas. El decontento, las manifestaciones y las huelgas se multiplican. Hungría siempre se mostró en desacuerdo con el resto de la Unión Europea. Los croatas acaban de negarse a adiestrar a soldados uncranianos. La Alianza Atlántica se resquebraja. Cuánto más al este se encuentran sus países miembros, menor es el entusiasmo por seguir apoyando a Ucrania. Sólo los polacos son la excepción. Muchas veces son gente que prefiere romperse el cráneo contra la pared a admitir que la pared no puede ser perforada. Las disidencias internas de la OTAN no la paralizan pero la hacen lenta en sus reacciones, lo cual no es mucho menos grave.
 
Dos misiles Kh-22 y bombas montadas en un bombardero estratégico supersónico ruso Tu-22M3 - Foto: Jno
 
Los rusos acaban de iniciar un nuevo avance en todo el frente del Donbass. Posiblemente no estemos en el inicio de la gran ofensiva sino simplemente frente al aprovechamiento del debilitamiento ucraniano en esa zona. La lucha es extremadamente feroz en el noroeste de esa región, entre Svatove y Kreminna. Ahí ambos bandos pierden una cantidad impresionante de efectivos cada día pero a los ucranianos se les está volviendo cada vez más difícil conseguir soldados en condiciones de combatir. Además los cortes de suministro eléctrico hacen extremadamente complejo desplazar tropas a la zona de combate. La red ferroviaria ucraniana depende muchísimo de ese suministro. Entre tanto en el sur, en Kherson, desde el otro lado del río las fuerzas del Kremlin castigan duramente a los ucranianos que devuelven el fuego. Los rusos son superiores en número de piezas de artillería por lo que los ucranianos intentan cruzar el Río Dnieper para atacarlos directamente o para rodearlos. De momento están fracasando. Hoy trascendió que mientras los efectivos de Kiev se preparaban para cruzar esa barrera natural, fuerzas de Moscú destruyeron un gran número de embarcaciones, afectando gravemente la capacidad anfibia ucraniana.
 
Tras el error o la mentira de Zelenski sobre el misil caído en Polonia, el ucraniano perdió credibilidad. Joe Biden se negó a responder una de sus llamadas telefónicas. Aún así los estadounidenses siguen votando paquetes de ayuda para Kiev. El apoyo militar sale directamente de los depósitos de armas de los países miembros de la OTAN, que de ese modo ve cada vez más reducida su capacidad de combate. El proceso de fabricación de las armas insume tiempo. Si Putin decide no detenerse en la frontera con Polonia, Rumania; Eslovaquia y Moldavia serán difíciles de defender. Eslovaquia donó su sistema de defensa antiaérea S-300 a Kiev; Polonia envió a Zelenski 1.800 millones de euros en armas. En el 2007 la Fuerzas Terrestres de Moldova contaban con apenas 5.710 efectivos y hoy por hoy el 90% de su equipamiento es de la era soviética. Como ya hemos informado, Eslovenia está entregando el 40% de sus tanques a Ucrania; Estonia ya gastó el equivalente a un tercio de su presupuesto de Defensa en ayuda a ese país; Noruega cedió a Kiev el 45% de sus obuses y Alemania - entre otras armas, algunas casi inútiles - su único sistema antiaéreo Iris-T. Son sólo algunos ejemplos, la lista completa sería larga. Por otra parte, no todas esas armas llegan al campo de batalla. Muchas son destruidas por los rusos antes de llegar allí; hay fuertes sospechas de que otras son vendidas en el mercado negro y es muy difícil saber a quién. Los fabricantes de armas están jugando a los dados. Ucrania es apenas el tapete. Los premios son Europa y el dinero del contribuyente americano. Si le parece que exageramos, pregúntese qué pensaba el 23 de febrero de este año; un día antes del comienzo de la Operación Militar Especial.
 
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