EL TERRORISMO NUCLEAR BRITÁNICO

27.02.2013 16:54

 

Estos días surgieron noticias sobre submarinos nucleares británicos en dos ámbitos bien distintos. En primer lugar Argentina acusó a Gran Bretaña ante la Conferencia de Desarme en Ginebra, Suiza, de mantener una “desproporcionada e injustificada” presencia militar en el Atlántico Sur. También deploró que el gobierno del Reino Unido no haya dado ninguna información que pudiera corroborar o desmentir los recientes desplazamientos de submarinos nucleares ingleses con la capacidad de llevar armas nucleares en el Atlántico Sur, particularmente en la zona de Malvinas.

 

Argentina es uno de los países signatarios del Tratado para la Prohibición de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, más conocido como Tratado de Tlatelolco. Dicho tratado internacional establece la desnuclearización del territorio de América Latina y el Caribe.

 

De hecho Gran Bretaña firmó los Protocolo Adicionales I y II del tratado declarando que “el Gobierno del Reino Unido está dispuesto a considerar su compromiso de no emplear ni amenazar con el uso de armas nucleares en contra de las Partes Contratantes del Tratado , de acuerdo con el Artículo 3 del Protocolo Adicional II, como un compromiso que se refiere no sólo a esas Partes sino también a los territorios a los cuales se hace extensivo el compromiso de aplicar el estatuto de desnuclearización, de conformidad con el Artículo 1 del Protocolo Adicional I.” El 1 de diciembre de 1969 los británicos ratificaron los protocolos adicionales.

 

No obstante lo expuesto arriba, en el año 2003 el Gobierno británico admitió que durante el conflicto bélico por Malvinas librado en 1982, algunos buques británicos cargaban armas nucleares (cargas de profundidad), en clara violación del Tratado de Tlatelolco.

 

El secretario de Relaciones Exteriores de la República Argentina ante la Conferencia de Desarme de la ONU, Eduardo Zuain, expresó: "Deploramos que el Gobierno británico... ni [no] haya ofrecido hasta el momento información alguna que permitiera corroborar o desmentir recientes desplazamientos de submarinos nucleares con capacidad de portar armamento atómico" en referencia a las repetidas versiones en tal sentido provenientes desde el Reino Unido.

 

Por su parte los británicos están inmersos estos días en una disputa interna sobre la conveniencia o no de reemplazar oportunamente los submarinos de “disuasión nuclear” de la clase Vanguard por una nueva clase, modernizando así el sistema de misiles balísticos dotados de ojivas nucleares, portados por esos submarinos. La discusión pasa por diferentes carriles y deja patente que si los británicos se decidieran a reemplazar a los Vanguard por cuatro nuevos submarinos, los mismo terminarían generando costos y gastos tales que las fuerzas convencionales británicas sufrirían seriamente en cuanto a su capacidad operativa.

 

Si el proyecto para los nuevos submarinos es aprobado en el 2016, el monto total que los contribuyentes británicos deberán pagar por el diseño de los nuevos SSBN, será de 3.000 millones de libras, y el costo total de diseñar, construir y operar las naves a lo largo de toda su vida útil ascendería a 100 mil millones de libras, es decir a unos 151.350.000.000 de dólares. Esa es una parte del precio del terrorismo nuclear británico, ejercido - en este caso - contra un país que renunció voluntariamente a la fabricación y empleo de armas nucleares, aun cuando tiene la capacidad tecnológica para producirlas.