EN KIEV SE ABRIÓ UNA VENTANA DE OPORTUNIDAD PARA LOS RUSOS

17.05.2023 10:43
 
Los estadounidenses confirmaron que su sistema de misiles Patriot en Kiev resultó golpeado al admitir que están evaluando los daños para su eventual reparación. No es que la capital ucraniana haya quedado totalmente indefensa, hasta donde se sabe, en esa ciudad también hay un sistema de misiles IRIS-T, de origen alemán. El problema del IRIS-T es que Berlín envió a Zelenski una cantidad de misiles limitada para el mismo ya que el sistema es tan moderno que los alemanes no llegaron a fabricar muchos cohetes para cuando los enviaron a Ucrania. Durante el último ataque ruso la cantidad de misiles antiaéreos lanzados por los ucranianos fue altísima. Aún así el sistema Patriot fue dañado. Eso deja a Kiev bastante indefensa. Los norteamericanos tendrían listo el sistema antiaéreo Iron Dome (Cúpula de Hiero) para enviarlo a Europa. La efectividad del Iron Dome seguramente no será total ante los ataques masivos de los rusos que además de los hipersónicos tiene muchos otros misiles, bombas inteligentes y una cantidad importante de drones y señuelos que obstaculizan el accionar de los sistemas antiaéreos de su antagonista. Aún así podríamos decir que hasta la llegada de la Cúpula de Hierro, Putin tiene abierta una ventana de oportunidad para atacar el centro de decisiones de su adversario.
 
Putin podría atacar Kiev de manera masiva o seguir avanzando en todo el territorio ucraniano de manera lenta. Algunos analistas señalan que el avance ruso es lento por elección, que el Kremlin no quiere provocar una reacción de la OTAN y de sus socios. Prefiere seguir llevando a cabo una guerra de desgaste que le está dando resultados que puede considerar muy positivos: dejó a la Alianza Atlántica sin proyectiles de artillería (recientemente Israel habría mandando a Zelenski una cantidad importante de los propios); dejó a varios países europeos sin tanques y aviones de la era soviética (modernizados) y vació los arsenales occidentales de misiles antitanque y antiaéreos portátiles, entre otros. La industria bélica rusa trabaja las 24 horas por día, los siete días de la semana. Aún así hay que tener en cuenta que la OTAN aún tiene mucho armamento que no ha sido volcado a la guerra, especialmente armamento pesado y sofisticado y que con eso podría desgastar a los rusos. Seguramente es algo que los altos mandos de Putin están analizando por estas horas. Putin, personalmente, seguramente prefiere la opción lenta; los militares podrían sugerirle aprovechar la ventana de oportunidad abierta por el grave debilitamiento momentáneo de los anillos antiaéreos de Kiev. 
 
 
Túpolev Tu-160 - La imagen es de dominio público por decisión de su autor, Zimin Vasily (puede ser necesario abrirla en una nueva pestaña para verla completa)
 
La postura del autócrata ruso no es descabellada. Rusia realmente está desgastando a una Alianza que después de la caída del Muro de Berlín bajó los brazos. Los británicos, que lideran el esfuerzo logístico y de material militar en Europa, hicieron una reducción drástica de su ejército que ahora debe ceder artillería; misiles y hasta tanques a los ucranianos. Sólo parte de eso está siendo repuesto. La Marina Real británica tiene problemas endémicos que hemos descrito reiteradamente: un portaaviones está siendo canibalizado en favor del otro; sus submarinos dan más miedo a sus tripulantes que a sus enemigos; sus destructores tienen problemas de propulsión sin una solución definitiva. La Real Fuerza Aérea es poderosa aunque tampoco carece de dificultades. Su aviones Hercules C-130J serán sustituidos por los A400M que todavía presentan muchos problemas. Un porcentaje importante de los últimos distaría mucho de estar plenamente operativo. Los propios F-35 generan dolores de cabeza varios: de logística, alta vulnerabilidad a la guerra electrónica y hasta fallos de diseño. El Reino Unido es sólo un ejemplo de la situación de la OTAN y el desgaste de sus miembros. Podríamos mencionar también a los EEUU, al parecer empeñados en generar algún roce militar con China, cuyo liderazgo está más ocupado en evitar que cientos de millones de chinos se subleven por cuestiones ligadas a la alimentación y a la vivienda que en pensar en una invasión a Taiwán. Podemos estar equivocados pero sea como fuere, los EEUU no ganan mucho involucrándose en otro conflicto que sería el inicio formal de la Tercera Guerra Mundial. Como se comprenderá el panorama es complejo y sugiere que es momento de comenzar a descomprimir conflictos, no de generar nuevos. El problema es que alguien en Washington equivocó los cálculos y lo único que se le ocurre para resolverlo es doblar la apuesta ante cada nuevo desacierto. Eso no puede terminar bien. 
 
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