ES NECESARIO CONSERVAR LA CALMA

15.11.2022 22:39
 
Uno o más misiles impactaron en una aldea fronteriza de Polonia. Los hechos distan de estar claros. Se habla de que él o los misiles habrían sido cohetes guiados del sistema S-300 de origen primero soviético y luego ruso. El hecho es que Ucrania también cuenta con esos misiles. Los rusos afirman que ellos no lanzaron los misiles en cuestión. Hay un dato técnico a su favor: la autonomía de los cohetes dirigidos del sistema S-300. Además si volaron tan lejos, ¿por qué no fueron derribados ni por la defensa antiaérea ucraniana ni por la polaca? Es difícil afirmar, tampoco es fácil descartar por completo sin más información. El propio Joe Biden acaba de expresar que es poco probable que el misil lanzado contra el pueblito polaco fuera disparado desde Rusia. La reacción inicial de la OTAN fue de alarma y de cuatela, especialmente entre los analistas y políticos aceptablemente razonables. Después de todo, no todos quieren empezar un conflicto de grandes proporciones que amenace a varios países de Europa. Claro, nunca faltan aquellos a los que el grito de guerra les conviene. El Reino Unido es señalado como uno de los que está fogoneando la contienda. Polonia, lamentablemente, está involucrada desde hace tiempo. 
 
El hecho de él o los misiles caídos en Polonia se dio en medio de un fuerte ataque ruso, precisamente con ese tipo de armas. O Putin necesita mostrar su capacidad de combate después de la salida de parte de Kherson o está preparando una ofensiva generalizada. Tal vez ambas. Algo es claro: buena parte de la prensa occidental miente o se equivoca sobre la reserva de armamentos de Rusia. Desde fines de marzo se habla del inminente agotamiento de misiles rusos. Putin los sigue disparando. Rusia no está vencida, ni siquiera padece un desgaste significativo, uno que pueda alterar severamente su capacidad de proseguir combatiendo.
 
De momento hay una actitud de cautela por parte de varios países de la OTAN. Polonia no es uno de los mesurados, claro. Nunca lo fue. Estúpidamente se prestó al juego de los EEUU y de la Unión Europea a pesar de los castigos que sufre por parte de la última. Los polacos suelen tener actitudes extremas, irracionales. Están jugando un juego que les queda grande - allá ellos. Ahora la OTAN debe decidir si activa el principio de reacción de todos sus miembros ante el supuesto ataque ruso a uno de ellos. Por ahora parece prevalecer el sentido común. Cuidado, se está jugando con fuego. Un error de cálculo, un fallo de un sistema de navegación u otro factor podrían disparar una escalada de proporciones difíciles de predecir. Usemos la serenidad y roguemos por que no suceda.