GRAN BRETAÑA RECIBE EL PRIMER F-35B

19.07.2012 15:00

 

El ministro de Defensa británico, Philip Hammond, recibió hoy el primero de los nuevos aviones F-35B Lightning II, construido en Estados Unidos de Norteamérica. Hammond aceptó formalmente el aparato F-35B, en una ceremonia en Fort Worth, Texas.

 

La entrega se produce en medio de cierto nerviosismo generado por la posibilidad de que el desarrollo de la variante STOVL del F-35 - que ha sufrido diversos problemas técnicos - puede ser suspendido definitivamente o se posponga a raíz de los próximos recortes del presupuesto de defensa estadounidenses.

 

Hammond volvió a confirmar hoy el compromiso del Reino Unido para con el programa del F-35 de Lockheed Martin, cuyo objetivo es construir más de 3.100 aviones “stealth” (furtivos) para los EEUU y nueve países socios.

 

Los costos del programa aumentaron en un 42 por ciento desde el 2007. Un informe reciente del organismo de control del gasto de Washington advirtió que la producción a plena capacidad de fabricación podría retrasarse seis años.

 

En los últimos meses hubo preocupación por el F-35B a raíz de varios informes muy críticos por parte de la Oficina de Contabilidad del Gobierno de EE.UU. (US Government Accountability Office - GAO) advirtiendo que, por los defectos detectados durante las pruebas, se requerirían años de retro-ingeniería de los aviones que ya se había producido.

 

El programa Joint Strike Fighter alcanzó seis de sus 11 objetivos importantes en 2011, pero un informe de la GAO encontró el mes pasado que el programa de vuelos de pruebas de desarrollo se había completado sólo en un 21 por ciento y que sólo el 4 por ciento de los sistemas de misión habían sido verificados.

 

De los cinco principales problemas técnicos identificados en la variante STOVL, sólo dos - las grietas de los mamparos y las cargas excesivas en las puertas de entrada de aire - han sido rediseñados o recibieron soluciones satisfactorias para el largo plazo. A otros, incluyendo la inesperada expansión térmica de la estructura del avión y del motor durante el vuelo, se les dio soluciones temporales.

 

El informe de la GAO también plantea dudas sobre los 24 millones de líneas de código de programación que se necesitan para crear un avión de combate futurista, donde los pilotos verán toda la información que necesitan, proyectada en el interior de los visores de sus cascos. El estudio dice que el trabajo de programación está incompleto.

 

Los auditores afirman que el casco "sigue teniendo graves deficiencias técnicas", por lo que es "menos funcional" incluso que los equipos existentes, obligando a los fabricantes a suministrar un casco menos capaz, mientras incurren en un gasto importante tratando de arreglar el diseño original.

 

Hammond desestimó las críticas y expresó que trabajadores aeroespaciales británicos altamente calificados también están desempeñando un papel vital en la entrega del avión y que empresas del Reino Unido participan en la producción sosteniendo así 25.000 puestos de trabajo británicos.