GRAN BRETAÑA PRETENDE DESARROLLAR SU PROPIO CAZA DE SEXTA GENERACIÓN: EL TEMPEST

31.07.2018 21:17

 

Gran Bretaña oficializó su intención de desarrollar su propio avión caza de sexta generación. Según pretenden los británicos el mismo deberá ser furtivo (¿la furtividad es relamente posible hoy en día?), podrá ser operado con o sin piloto, podrá controlar enjambres de drones, tendrá capacidad de conectarse con otros aviones y operar en colaboración con los mismos (¿no era ese uno de los "adelantos" del F-35?) y poseerá un armamento que hoy por hoy aún suena a ciencia ficción, al menos para los términos británicos: misiles hipersónicos, armas de energía dirigida y hasta inteligencia artificial. Esto último es francamente alarmante si se tiene en cuenta los riesgos que implica la inteligencia artificial y que los ingleses pretenden que estas aeronaves estén operativas tan pronto como en el 2035. El F-35 todavía tiene graves retrasos en el desarrollo del software y eso que no cuenta con IA. Suponemos que esta característica se pretende sumar en algún momento muy posterior a la entrada en servicio del Tempest. Aún así, para cualquiera que tiene una idea clara de los riesgos que esto conelleva, suena descabellado que una nave que deberá portar misiles hipersónicos cuente con esta característica. Nos tranquiliza saber que lo más probable es que falten décadas para que eso realmente suceda si es que alguna vez ocurre.
 
Más allá de los desafíos tecnológicos que implica lo arriba descripto, la situación financiera de la Defensa británica desaconseja embarcarse en semejante aventura. Nos hemos cansado de escribir sobre el tremendo rojo finaciero del mencionado sector pero el Reino Unido parece no escarmentar. Hay quienes sugieren que el proyecto del Tempest implicaría una reducción en el número de aparatos F-35 que adquirirían los británicos. El problema es que muy probablemente eso implicaría automáticamente un aumento en el precio de los mismos. Con un costo de desarrollo sideral, cada unidad que deje de producirse incrementará el precio de las que sí se producirán, al menos así lo entendemos nosotros. Aquí surge otra duda: ¿el Tempest y otros cazas de sexta generación que vienen siendo apurados en su desarrollo implican la admisión del fracaso del F-35? Probablemente ningún funcionario de Londres lo ponga en esos términos pero...
 
Si bien algunos especulan con la fusión del proyecto del Tempest con su equivalente franco-alemán, por ahora los que afirman lo contrario parecen tener más fundamentos para hacerlo. Si Gran Bretaña no encuentra una buena cantidad de socios financieramente fuertes es probable que este caza de sexta generación termine siendo un rotundo fracaso. Si los encuentra puede ser peor: una larga agonía de beneficios por demás dudosos.