LA CONFABULACIÓN CONTRA TRUMP FUE REAL

17.09.2021 10:00
 
Con el pasar de las horas van surgiendo nuevos datos y nuevas admisiones que nos permiten asegurar que el golpe de estado contra el por entonces Presidente Donald Trump (del que escribimos ayer) existió y fue mucho mejor organizado de los que parecía a primera vista. Si bien al menos uno de los autores del libro que dio a conocer algunos hechos en torno al complot contra Trump sigue sin merecer nuestra confianza - hablamos de Bob Woodward - su tratado expondría al menos algunos hechos más o menos reales, aunque según la opinión de varios analistas, posiblemente exagerados y sacados de contexto.
 
Trump fue el objetivo de diversos ataques, habiendo tenido que soportar dos juicios políticos. El 5 de febrero del 2021, el Senado absolvió a Trump por primera vez. El 13 de enero del 2021, la Cámara de Representantes votó para iniciar un segundo juicio político contra Donald Trump, luego del "asalto" al Capitolio de los Estados Unidos en el 2021. El Senado absolvió a Trump por segunda vez el 13 de febrero de ese año. Una de las personas que tuvo mucho que ver con el primer juicio fue Hillary Clinton. Uno de sus abogados acaba de ser acusado por un Gran Jurado Federal. Se lo acusa de haber mentido al FBI sobre presuntos contactos de Trump con un banco basado en Rusia.
 
Vayamos a los hechos que trascendieron durante los últimos días. Ayer informamos que el Jefe del Estado Mayor conjunto, Mark Milley, habría llamado a su par chino a espaldas de Trump para, supuestamente, asegurar a los chinos que, en caso de que el presidente ordenara un ataque, él les avisaría de antemano del mismo. Milley confirmó que hizo las llamadas. Sin negar ni confirmar su contenido, el General aseguró las llamadas se hicieron "para tranquilizar tanto a los aliados como a los adversarios en este caso a fin de garantizar la estabilidad estratégica". Trump nunca consideró un ataque a China ni autorizó a Milley a hacer ninguna llamada de ese tipo. Tampoco lo hizo su Secretario de Estado, Mike Pompeo. Quien ayer negaba haber concedido autorización para hablar con los chinos fue Christopher Miller, quien había sido nombrado Secretario de Defensa de manera interina por el ahora expresidente. Ahora Miller parece no estar tan seguro. Su predecesor Mark Esper tampoco niega contactos con los chinos. Sea como fuere, todos tendrían que haber avisado a Trump - nada indica que lo hayan hecho.
 
Ayer también hemos mencionado presuntas llamadas a Milley por parte de la Presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien habría indicado al General que mantuviera los códigos de lanzamiento de misiles nucleares fuera del alcance de Trump. Lo habría hecho preocupada por la inestabilidad sicológica de Trump. ¿No ve su propia alteración e histeria? ¿No ve la incapacidad de Biden para decidir sobre temas serios? Basta con mirar la caótica salida de Afganistán, la calamidad en la frontera sur, la inflación galopante, el desborde del delito en los EEUU, el avance de China. Las llamadas de Pelosi no sólo son mencionadas en el libro de Woodward, sobre cuya exactitud hay dudas. Habría dos libros de otros autores que darían cuenta de esas llamadas, también informes de los medios. Un capítulo aparte merecería el siniestro doctor Anthony Fauci, quien miente sistemáticamente sobre los más diversos temas relacionados al covid-19. Sus mentiras fueron el golpe de gracia contra la reelección de Trump. También hubo acciones contra Trump por parte de al menos un líder de un Estado extranjero pero eso sería tema para todo un artículo. 
 
Algunos analistas empiezan a mencionar a otros presuntos cómplices de la conspiración contra Trump. Dicen que el expresidente tuvo enemigos en las propias filas republicanas, quienes buscaron desprestigiarlo y debilitarlo. ¿Por qué el Estado Profundo habría de limitarse a captar apoyo en un solo partido? Es imposible, afirman, tanta calamidad reciente, sin el consentimiento de los republicanos. Diríamos que no son todos - ni siquiera son la mayoría - pero nos llamaron la atención algunos silencios en torno a las llamadas a China. Al menos un senador republicano - por ahora nos reservamos su nombre - minimizó la cuestión de manera llamativa. Como Julio César, Trump podría exclamar: "¡Tú también, Bruto, hijo mío!". Parece que de la historia no hemos aprendido nada. 
 
Artículo relacionado: