LA EMPRESA: LA PRIMERA IMPRESIÓN ES LA QUE VALE, LA SEGUNDA TAMBIÉN
15.03.2019 12:21
Es muy común que cuando se incorpora personal a la empresa lo observemos de manera especial. Lo mismo sucede cuando nos presentan a una persona. Hacemos evaluaciones rápidas y nos formamos una impresión. Nos hacemos una imagen del recién llegado por su forma de vestir, hablar, sus modales, gestos y en general por su apariencia. Inclusive podemos intuir si lograremos una mayor relación laboral o algún grado de amistad con el nuevo empleado. A raíz de esto me preguntaba si nos debe importar la impresión que causamos en los demás.
Debemos proyectar una imagen adecuada, la misma no debe ser un disfraz sino un reflejo de lo que realmente somos o de lo que nos gustaría llegar a ser. No solo cuenta nuestro aspecto exterior como vestuario, maquillaje, peinado y accesorios, sino también nuestra capacidad de expresión verbal, paraverbal y nuestro lenguaje corporal. La imagen resultará de particular importancia en aquellas personas que deberán ocupar puestos de liderazgo.
Si bien la primera impresión resulta ser muy importante no debería ser determinante. Quien observa al nuevo empleado haría bien en darse tiempo antes de formarse una opinión definitiva sobre él. El recién llegado merece un periodo de adaptación para darse a conocer en todo su potencial.
He conocido trabajadores que inicialmente tenían un comportamiento muy tímido, pero que con un poco de apoyo en poco tiempo lograron integrarse muy bien al equipo de trabajo. Con un poco de buena voluntad, esfuerzo y ayuda de Dios y del prójimo todos podemos mejorar y eso se reflejará en la imagen que transmitimos.