LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - DÉCIMA PARTE: LA BATALLA DE INGLATERRA (continuación)

13.05.2013 15:39

 

Es curioso ver como aún hoy en día muchos historiadores caen en las trampas que la propaganda británica tendió a los alemanes durante la guerra. Muchos de los historiadores son británicos o anglófilos. Algunos de ellos no escriben con el rigor científico que la historia, como ciencia que es, amerita.

 

El primer objetivo de la Luftwaffe en su campaña sobre el Canal de la Mancha no fue la RAF sino la Royal Navy o, al menos, ambas a la vez. La RAF se interponía en el objetivo de destrucción de la Marina Real británica, por eso ella misma se convirtió en blanco de los ataques alemanes. Nosotros mismo hemos escrito en la primera parte del capítulo referente a la Batalla de Inglaterra, que ése es el nombre con que se conoce al intento que hizo la Luftwaffe de ganar la superioridad aérea sobre la RAF (Royal Air Force), con el fin de permitir el cruce del Canal de la Mancha por parte de fuerzas alemanas. Esa es la definición que se le da hoy en día, pero de ningún modo es la más adecuada.

 

Recurrimos nuevamente a un testigo privilegiado de los acontecimientos de esa época, el Coronel Vladimir Vauhnik, quien fue Agregado Militar de la Embajada del Reino de Yugoslavia en Berlín hasta la invasión del reino yugoslavo por parte de los alemanes. En su libro “Nevidna fronta” (El frente invisible – editor: Svobodna Slovenija, 1965) Vauhnik define a las acciones como una: “inédita acción artillera desde el aire, para ablandar las zonas de penetración y aislar unas de otras y - en especial - de la retaguardia.” Según él eso impediría las maniobras de contraataque, en especial por parte de la Royal Navy. Es claro que los objetivos eran varios, no sólo (ni siquiera principalmente) la destrucción de la Real Fuerza Aérea británica.

 

Los objetivos de los alemanes fueron la Royal Navy, los aviones de la RAF, las defensas costeras inglesas frente al Canal de la Mancha, los grandes puertos (en particular el de Londres), los aeródromos militares, las fábricas de aviones y la red de estaciones de radar (Home Chain). Respecto a la red de radares, la misma fue atacada sin convicción y por ende no fue inutilizada. Göring subestimó su importancia, lo cual tuvo graves consecuencias para la Luftwaffe.