LA OTAN PIERDE EL CONTROL DE BUENA PARTE DEL ATLÁNTICO NORTE (NOVENA PARTE)

08.08.2020 18:26
 
Es necesario insistir sobre el tema del debilitamiento militar británico y del virtual COLAPSO DE LA ROYAL NAVY: tras la Segunda Guerra Mundial la Marina Real británica fue desplazada por la Armada de los Estados Unidos como la mayor potencia naval del mundo. Durante la Guerra Fría la Royal Navy (RN) fue transformada principalmente en una fuerza antisubmarina a la caza de submarinos soviéticos, que centró sus actividades en la brecha GIUK. GIUK es un acrónimo militar en inglés de Groenlandia, Islandia y Reino Unido. La brecha es un amplio sector septentrional del Océano Atlántico que tuvo gran importancia estratégica en las dos guerras mundiales y especialmente durante Guerra Fría, por ser zona de contacto entre fuerzas aeronavales y submarinas de la OTAN y de la URSS.
 
Teóricamente, con el colapso de la Unión Soviética la RN ha vuelto a centrarse en operaciones expedicionarias globales. En la práctica también fue muy influenciada por la Guerra de Malvinas. Dicho conflicto obligó a reescribir muchos manuales militares. Diferentes crisis económicas y graves problemas de planificación están llevando a la Marina Real a ser la sombra de lo que alguna vez fue.
 
Hemos mencionado que la flota británica ya está en problemas al punto de que una versión altamente modernizada del torpedo Spearfish no puede ser probada por la escasez de submarinos. Se invirtieron 227 millones de libras esterlinas (más de 250 millones de dólares) y ahora no se puede concretar la entrega del sistema de armas por la imposibilidad de probarlo. La planificación de la defensa británica es desastrosa y se hace en mucho más en función de la industria que de las necesidades militares. Pero todo podría empeorar a niveles catastróficos.
 
El costo de los programas del Reino Unido para reemplazar el sistema de armas nucleares Trident/Vanguard por el Trident/Dreadnought aumentó más de mil millones de libras (unos 1.310 millones de dólares) en un año, según datos emanados del Ministerio de Defensa británico. La mayoría de los incrementos en los costos y los retrasos no tienen ninguna relación con el coronavirus. Así lo informa, por ejemplo, el medio digital escocés theferret.scot. Paradójicamente no es ese sistema de armas el que corre más peligro sino los submarinos de ataque de la Clase Astute. A los costos y retrasos se suman los problemas de diseño y de construcción. Muchos de ellos fueron tratados en nuestro portal. Los últimos ejemplares de la clase podrían quedar sumergidos en un mar de problemas técnicos y financieros. Aparentemente los británicos privilegiarán el programa de los nuevos SSBN por sobre la construcción de los Clase Astute restantes.
 
Submarino de la Clase Trafalgar HMS Turbulent, uno de los ya dados de baja - Foto: LA(Phot) Simmo Simpson/MOD  Este archivo tiene licencia de Open Government Licence versión 1.0 (OGL v1.) nationalarchives.gov.uk/doc/open-government-licence/version/1/  (La imagen original ha sido redimensionada)
 
Ya mencionamos en notas anteriores los muy numerosos problemas e incidentes de los Astute. Para el colmo los Clase Trafalgar que quedan en servicio están llegando al final de su vida operativa. Los destructores Tipo 45 tienen graves problemas de propulsión, las fragatas Type 23 están siendo canibalizadas para mantener al menos parte de las mismas en servicio y están virtualmente desprovistas de misiles antibuques. Dos grandes portaaviones casi sin aeronaves no resuelven la crisis, la agravan. Además los Queen Elizabeth están en la mira del Jefe de Asesores del Primer Ministro Johnson. Por lo pronto el tan anunciado despliegue de uno de estos buques al Mar del Sur de China ya fue puesto en duda. Hay en juego cuestiones políticas pero también cuestiones militares. No se entra a las aguas reclamadas por China con una escolta débil, con pocas aeronaves de combates, sin aeronaves de alerta temprana y con buques de apoyo inadecuados y/o insuficientes.
 
En la RN escasean los tripulantes, en especial los técnicamente más calificados. El año pasado, al principio del despliegue Westlant 19, el destructor tipo 45 HMS Dragon sufrió una pérdida de capacidad de control de aeronaves cuando, por algún motivo, su único controlador de aeronaves debió regresar al Reino Unido. Debió se reemplazado por un tripulante calificado del HMS Queen Elizabeth. A bordo del destructor no había otro tripulante capaz de hacer el trabajo, de hecho el reemplazante no tenía experiencia específica en la tarea que debió asumir. El hecho, publicado por portsmouth.co.uk, es extremadamente elocuente. ¿Qué sucedería si hubiera que desplegar a varios de estos destructores al mismo tiempo? La pregunta es retórica, eso sería muy difícil por los problemas de estas naves. El GIUK comienza a parecerse más a un arco de bienvenida que a una brecha. (Continuará)
 
Fuente adicional: Wikipedia
 
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