LA PESADILLA DEFENSIVA BRITÁNICA

21.02.2016 23:58
 
En nuestro último artículo informábamos que los destructores tipo 45 de la Royal Navy tienen gravísimos problemas de propulsión, al punto que deberán ir siendo retirados del servicio para resolver el problema. Probablemente se decida cortar sus cascos por debajo de la líne de flotación para realizar los trabjos necesarios en las seis unidades de la clase. De los doce Type 45 conque esperaba contar la Royal Navy sólo fueron construidos seis. Sus defectos van mucho más allá de problemas de poder y propulsión. No es la intención de esta nota entrar en detalles respecto al resto de las fallas. Existen y son más numerosas de lo que el común de la gente piensa.
 
En la Revisión Estratégica de la Defensa y la Seguridad (SDRS, por sus siglas en inglés) de este año, el gobierno de Londres anunció su intención de adquirir sólo ocho fragatas Type 26, de las trece inicialmente previstas. Además esperará a que su diseño madure para ordenar su construcción. Entre tanto se construirán patrulleros oceánicos y se iniciará el desarrollo de fragatas más livianas para cubrir la reducción en el número de fragatas Type 26 previstas.
 
Lo submarinos de la Clase Astute y sus reactores con falencias de diseño también son una preocupación constante para los mandos británicos. Otro serio inconveniente será que los nuevos portaaviones de la Clase Queen Elizabeth no contarán con aviones suficientes ni operativamente eficaces en el corto y mediano plazo, tal vez nunca los tendrán. Sin ir más lejos siguen los retrasos con el software, el cual al menos hasta poco presentaba algunos fallos llamativos. También mencionamos recientemente que el riesgo de lesiones de los pilotos del F-35 durante las eyecciones a baja velocidad han llevado a las fuerzas militares estadounidenses a restringir temporalmente a volar el avión a los pilotos que pesan menos de 136 libras (62 kilos). El riesgo para los pilotos de menos de 62 kilos se considera inaceptable, mientras que para los de menos de 75 kilos el riesgo es elevado. Es un problema que no podrá ser resuelto en lo inmediato.
 
También es candente la cuestión rusa. El año pasado los británicos tuvieron que depender de aeronaves de Estados Unidos, Canadá, Francia y Alemania para proteger sus aguas territoriales más de 20 veces. La presencia o la sospecha de presencia de submarinos rusos en aguas próximas a Gran Bretaña obligaron a recurrir a ese recurso. Ese número de intervenciones aliadas es muy superior al que se estimaba hasta ahora. Las aeronaves antisubmarinas que adquirirán los ingleses demorarán al menos tres años en ser incorporadas. Los vuelos de aeronaves rusas "cerca de áreas de interés británico" también se multiplicaron en el último par de años obligando a innumerables despegues de emergencia de cazas británicos.
 
Podríamos seguir enumerando situaciones desfavorables para los ingleses, pero basta con decir que la dispersión de sus fuerzas por todo el mundo los deja en un estado de debilitamiento y desgaste extremos.
 
Haremos mención a una sola cuestión adicional: según trascendió primero en la página de Facebook "Fuerzas de Defensa Argentinas" y luego por otros foros y medios especializados, la Armada Argentina acaba de realizar un importante adiestramiento que incluyó la participación de su mayor buque - el logístico ARA "Patagonia", que hace poco se reintegró al servicio operativo - otras naves de superficie y un submarino. Durante el adiestramiento se dispararon seis misiles Exocet contra una nave retirada del servicio. Los misiles fueron remotorizados localmente por el CITEDEF, organismo científico y tecnológico dependiente del Ministerio de Defensa argentino. La situación del Ejército Argentino y la Armada Argentina sigue siendo precaria y la de la Fuerza Aérea Argentina es crítica, pero el mencionado ejercicio es una señal positiva. En el largo plazo Argentina podría convertirse en otro dolor de cabeza en el esquema defensivo británico. Falta mucho para ello, pero es una posibilidad. 
 
Los ingleses hicieron fuertes recortes presupuestarios y ahora está abocados a proyectos faraónicos como lo son la construcción de los portaaviones Clase Queen Elizabeth y de los submarinos que reemplazarán a la clase Vanguard. Entre tanto descuidan aspectos mucho más urgentes y elementales que complicarán a sus fuerzas armadas. Extraña política para un país que fue potencia militar y que por no resignar la calidad de tal reduce al máximo proyectos mucho más coherentes. Seguramente esa política tendrá un precio muy elevado.