LAS PUERTAS DEL INFIERNO: AKITA, JAPÓN

16.08.2021 08:00
 
"Jesús, al ver a la Madre y junto a ella al discípulo que más quería, dijo a la Madre: 'Mujer, ahí tienes a tu hijo.' Después dijo al discípulo: 'Ahí tienes a tu madre.' Y desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa." Juan, 19, 26-27 
 
Recapitulemos. George Soros financió la campaña a favor del aborto en Irlanda. Ban Ki-Moon y Jeffry Sachs, cercanamente relacionados con el magnate húngaro, asesoraron al Santo Padre en cuestiones de "calentamiento global" y de "cambio climático". Cuatro organizaciones jesuíticas obtuvieron donaciones por 1,7 millones de dólares que procedían de Soros. Un arzobispo guatemalteco presidió la junta de la iteración local de la filantropía Soros y se desempeñó como rector de una universidad que recibió fondos de las Open Society Foundations, del mencionado magnate. 
 
Hemos mencionado que el Papa Francisco describió el trabajo del sacerdote jesuita estadounidense James Martin, defensor de las marchas del orgullo gay, como una imitación del "estilo de Dios". "Sos sacerdote para todos y todas", afirmó el pontífice en lenguaje inclusivo. En septiembre del año pasado, el obispo estadounidense William Callahan criticó al sacerdote James Altman por su tono en una homilía. El padre Altman había dicho que los católicos no podían ser demócratas, señalando la promoción del aborto por parte de ese partido. No se calló y siguió hablando, dijo lo que dijo y dijo más. En mayo de este año, Callahan exigió la renuncia de Altman como párroco de la parroquia St. James. El padre Altman es solo uno de una serie de sacerdotes silenciados. 
 
En abril de 1984 y previa consulta con la Santa Sede, el obispo de la diócesis de Niigata, Japón, aprobó los mensajes que recibió la hermana Agnes Sasagawa. En 6 de julio de 1973, mientras rezaba, Sor Agnes escuchó una voz procedente de la estatua de la Virgen María que está en la capilla de su orden, en la localidad japonesa de Akita. Era el primer mensaje. Habría dos más. Reproducimos buena parte del tercero, recibido el 13 de octubre del mismo año:
 
"Como te dije, si los hombres no se arrepienten y se mejoran, el Padre infligirá un terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo mayor que el diluvio, tal como nunca se ha visto antes. Fuego caerá del cielo y eliminará a gran parte de la humanidad, tanto a los buenos como a los malos, sin hacer excepción de sacerdotes ni fieles. Los sobrevivientes se encontrarán tan desolados que envidiarán a los muertos. Las únicas armas que les quedarán serán el rosario y la señal dejada por mi Hijo. Cada día recita las oraciones del rosario. Con el rosario, reza por el Papa, los obispos y los sacerdotes."
 
"La obra del demonio se infiltrará incluso dentro de la Iglesia de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y encontrarán oposición de sus compañeros... iglesias y altares saqueados; la Iglesia estará llena de aquellos que aceptan componendas y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor."
 
"El demonio será especialmente implacable contra las almas consagradas a Dios. Pensar en la pérdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los pecados aumentan en número y gravedad, no habrá ya perdón para ellos."
 
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Fuentes: churchmilitant.com; es.catholic.net; The Fatima Center; TheRemnantVideo; taylormarshall.com; bibliacatolica.com.br