LONDRES PREPARA NUEVOS RECORTES EN EL APARATO MILITAR BRITÁNICO

06.09.2020 08:50
 
Como resultado de la Revisión Estratégica de la Defensa y de la Seguridad (SDSR, por sus siglas en inglés) del año 2010 - que los británicos aprovecharon para sanear sus finanzas - Londres ordenó desguazar las cuatro fragatas tipo 22 de la Marina Real. También fueron cortados en rodajas los aviones Nimrod. El Nimrod MRA4 fue un proyecto de avión de patrulla marítima y ataque que debió haber reemplazado a los Hawker Siddeley Nimrod MR2 que se encontraban en servicio en la Royal Air Force. Se trataba de aeronaves Nimrod MR2 reconstruidas, que podrían así extender la vida operativa del sistema durante varias décadas. El proyecto fue cancelado cuando ya estaba en marcha. No fue todo, un buque de asalto fue suspendido del servicio activo, el portaaviones Ark Royal fue retirado del servicio y la flota de aviones Harrier fue vendida. Gran Bretaña vendió a los norteamericanos 72 aviones Harrier por 110 millones de libras. En los años previos a la venta, las aeronaves habían sido objeto de mejoras y modernizaciones a un costo de 500 millones de libras y uno de sus sistemas de armas había sido modernizado a un costo de 100 millones de libras. La SDSR 2010 también decidió que los destructores Tipo 45 a ser construidos serían la mitad de los que se había previsto con anterioridad a la misma y se vendieron algunas fragatas Tipo 23.
 
Muy pronto comenzamos a decir que la historia podría repetirse. Los proyectos británicos para la Defensa privilegian a su industria, no a su Defensa. El rojo financiero fue creciendo hasta alcanzar niveles alarmantes y ahora Londres están preparando nuevos recortes. Serán decididos el año próximo pero los medios, en particular los especializados, ya comenzaron a analizar las diferentes opciones. Los dos portaaviones Clase Queen Elizabeth corren el riesgo de ser dados de baja con destino incierto. Los tres submarinos Clase Astute que aún no fueron terminados, podrían no serlo nunca. Se comprarían la mitad de los F-35B que se había previsto. Podría reducirse el número de fragatas Type 26 a ser construidas. Podrían eliminarse todos los tanques principales de batalla del Ejército Británico. Podrían desaparecer las unidades de los Royal Marines y podría reducirse aún más el número de efectivo del British Army. Podrían no incorporarse buques logísticos para material sólido. Claro que es altamente improbable que todo eso suceda al mismo tiempo, pero deberán tomarse (al menos en forma parcial) algunas de esas medidas para evitar el colapso financiero de las arcas de la Defensa británica. 
 
Portaaviones británico HMS Ark Royal, dado de baja tras la SDSR del 2010 - Foto: POA(Phot) Jonathan Hamlet/MOD Este archivo tiene licencia de Open Government Licence versión 1.0 (OGL v1.) nationalarchives.gov.uk/doc/open-government-licence/version/1/  (La imagen original fue redimensionada)
 
 
Hasta los defensores más acérrimos de los portaaviones Clase Queen Elizabeth empiezan a admitir que los mismos están muy alto en la lista de material prescindible. La construcción de los nuevos SSBN insume cantidades estrafalarias de dinero y los británicos parecen obsesionados por conservar la capacidad de destruir una ciudad del tamaño de Moscú por sus propios medios. En fin... Ni uno ni otro sistema de armas tiene sentido hoy en día, máxime si realmente se decide reducir el número de aparatos F-35 a ser adquiridos a 70 unidades. Los submarinos Clase Asute tienen diversos problemas de diseño y construcción. Ya se está hablando de una nueva clase de submarinos de ataque para sustituirlos o al menos complementarlos. Los F-35B son caros y la Royal Air Force (RAF) necesita dinero para el desarrollo del caza de sexta generación Tempest. Este es un proyecto de muy alto riesgo que podría dejar a los británicos sin el pan y sin la torta y que generará roces con la Marina Real. Setenta aeronaves para un grupo de batalla de portaaviones suena a muy poco, no alcanzarían para reemplazar eventuales bajas o al menos eso es lo que muchos postulan.
 
Los británicos gastan mucho dinero en Defensa pero lo hacen mal. Las consecuencias de tal actitud en un mundo inestable pueden ser graves. La Historia nos da sobradas pruebas de ello y los propios argentinos hemos logrado ponerlo en evidencia. Fue allá por el año 1982...