LOS ESTADOS UNIDOS PRESIONAN A LOS PAÍSES EUROPEOS DE LA OTAN: ANÁLISIS DE UNA SITUACIÓN DELICADA

17.02.2017 11:59
La administración de los Estado Unidos de Norteamérica está exigiendo estos días a los miembros europeos de la OTAN que cumplan en gastar el 2% de su Producto Bruto Interno (PBI) en programas de Defensa. Los motivos de la exigencia son varios pero podrían reducirse a dos: Rusia y China. Los Estados Unidos tienen abiertos esos dos frentes de conflicto y no dan abasto con ambos.
 
Sea cual fuere la relación de Trump con el gobierno ruso, éstos no se muestran precisamente pacíficos. El día 10 de este mes aviones de combate rusos volaron muy cerca del destructor USS Porter de la Marina de los Estados Unidos en el Mar Negro en lo que fue el primer incidente de este tipo en la era Trump. Al mismo tiempo el buque de espionaje el SSV-175 Viktor Leonov de la Armada rusa navegaba cerca de la costa de los Estados Unidos, habiendo partido de Cuba. El buque se encuentra en aguas internacionales frente a la costa este de Estados Unidos.
 
Entre tanto en el Mar del Sur de China y en sus zonas aledañas los chinos también están tomando una actitud que podría ser considerada hostil. Los chinos están fortaleciendo su marina de guerra y cuentan con misiles capaces de denegar un amplio espacio marítimo a los estadounidenses. Como los EEUU se oponen a esa política de expansión, están abriendo un nuevo frente de conflicto.
 
Los EEUU se verían en serios aprietos si el conflicto con China escalara. Apenas un tercio de los aviones de ataque de su marina de guerra están en condiciones de vuelo. También pasan por un momento de escasez de submarinos. El programa del F-35 está retrasadísimo y presenta todavía demasiados inconvenientes.
 
Como los EEUU no podrían mantener abiertos dos frentes de conflicto presionan a los miembros europeos de la OTAN  para que incrementen su gasto militar. Uno de los pocos países que se acerca al gasto del 2% del PBI es Gran Bretaña, pero los británicos gastan su dinero de forma muy ineficiente: los destructores Tipo 45 tienen problemas de propulsión y son tan ruidosos que pueden ser detectados por algunos submarinos rusos a más de 100 millas náuticas de distancia. El portaaviones Clase Queen Elizabeth se verá demorado en su entrada en servicio y casi no tendrá aviones británicos, posiblemente opere con aviones estadounidenses. En este momento sólo un submarino de ataque británico está en condiciones de navegar y ni ese está en condiciones de entrar en combate. Tampoco olvidemos el fallido disparo del misil Trident desde un SSBN británico que trascendió hace menos de un mes.
 
Por otra parte el portaaviones francés Charles de Gaulle acaba de entrar en dique seco y allí permanecerá durante un año y medio para tareas de mantenimiento y modernización. Para el colmo, con el Brexit británico Europa comenzó a organizar un sistema defensivo propio, teóricamente complementario de la OTAN pero que en la práctica responderá a las necesidades políticas de Europa Occidental continental.
 
Podríamos seguir enumerando: los problemas y retrasos del A400M, la reducción del número de MBT británicos, etcétera. Como se ve la situación es compleja. Con el fin de la Guerra Fría Europa Occidental se confió demasiado y la administración Trump no quiere seguir pagando por la defensa ajena, al menos no en solitario. Europa quedó con la guardia baja y Rusia ya aprovechó eso. Para el colmo Trump es sujeto de una gran presión interna para que no relaje la presión sobre Rusia, cuando eso es posiblemente lo mejor que podría hacer: actuar por la vía diplomática, sin ingenuidad pero con serenidad. El problema es que para muchos el conflicto es mejor negocio que la paz.