LOS PORTAAVIONES CLASE QUEEN ELIZABETH SON INSENSATAMENTE GRANDES

02.10.2018 17:52
 
Estos días por primera vez un avión estadounidense F-35 cumplió una misión de combate. La misma fue llevada a cabo por un aparato de la variante de despegue corto y aterrizaje vertical, es decir un F-35B. Aparatos de ese mismo tipo están haciendo estos días las primeras pruebas de aterrizaje y despegue en el portaaviones HMS Queen Elizabeth. La aeronave estadounidense que cumplió una misión de apoyo en Afganistán despegó desde el buque de asalto anfibio USS Essex, nave que tiene un desplazamiento de unas 40.000 toneladas y que cuenta con una buena cantidad de armas para su autoprotección, incluyendo dos tipos de misiles. El Queen Elizabeth desplaza unas 65.000 toneladas y su armamento se reduce a algunos sistemas CIWS Phalanx, algunos cañones de 30 mm y algunas Minigun. Además, como ya lo hicimos notar muchs veces, la escolta que puede proporcionar la Royal Navy a su portaaviones es - al menos de momento - muy modesta y eso se verá agravado cuando entre en servicio (si es que entra) la segunda nave de la clase. A eso se le debe sumar el hecho de que la variante STOVL del F-35, es decir el F-35B, tiene una capacidad de armas y/o autonomía muy limitadas y acaba de ser la primera en sufrir un incidente tan grave que un artefacto terminó estrellándose.
 
En estas circunstancias cabe preguntarse si la decisión de los británicos de construir portaaviones tan grandes fue acertada. La clase que precedió a la Queen Elizabeth - la Invincible - tenía un desplazamiento de unas 22.000 toneladas. Era un tamaño más razonable y el riesgo se repartía entre un mayor número de unidades. La Royal Navy tiene compromisos desde el Ártico hasta Malvinas y la Antártida y desde el Caribe y el Mediterráneo hasta el Mar del Sur de China. ¿No hubiera sido más sensato construir buques de menor tamaño dejando abierta la posibilidad de acrecentar su número?