MALVINAS Y UN CÚMULO DE DESACIERTOS

19.06.2019 22:09
 
Recientemente, en diciembre del pasado año 2018, la Primer Ministro británica Theresa May aseguró que no negociaría con Argentina la soberanía de las Malvinas pese al importante acercamiento que se había producido con el gobierno encabezado por el ingeniero Mauricio Macri. Dejó claro que la postura del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte sobre las islas Malvinas "no cambiará nunca". Esa actitud fue tomada a pesar del acuerdo firmado con el Gobierno Argentino en diciembre de 2016. Con ese acuerdo Argentina se había comprometido a remover obstáculos que limitaban la explotación de hidrocarburos, pesca y navegación por parte de los británicos. Más tarde también se acordaría la implementación de un vuelo que, proveniente de Brasil y con escala Córdoba, se dirigiría a Malvinas. Uno de los promotores del acercamiento entre Buenos aires y Londres fue Boris Johnson, el por entonces Ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, quien hoy dio otro paso importante para suceder a Theresa May en el cargo de Primer Ministro británico al imponerse claramente en la segunda votación eliminatoria para la elección de nuevo líder del Partido Conservador del reino.
 
Como ya lo detallamos en uno de nuestros análisis, Theresa May y Boris Johnson fueron los primeros en enunciar públicamente el concepto de una Gran Bretaña Global. Si bien oficialmente la Gran Bretaña Global pretende tener una dimensión política, económica y comercial, el hecho es que tiene una arista mucho más peligrosa que es la militar. Uno de los principales promotores de esa dimensión militar es el ex Ministro de Defensa inglés, Gavin Williamson quien está constituyéndose en el brazo derecho del euroescéptico Johnson. Williamson expresó claramente la intención británica de construir bases en el Caribe y en el Lejano Oriente y de enviar el portaaviones Queen Elizabeth al Mar del Sur de China. Fue él quien presentó el programa del caza de sexta generación Tempest, proyecto que por estos días cobra renovado impulso. Fue él quien habló de incrementar la presencia británica en el Ártico. Su sucesora en la cartera de Defensa, Penny Mordaunt, completó el programa al relacionar a la Gran Bretaña Global con Malvinas.
 
Ayer tuvo lugar un hecho desafortunado. El ex ministro argentino Daniel Filmus advirtió que en una página oficial de la Secretaría de Cultura había sido publicado un mapa de la República Argentina donde las islas figuraban con la denominación británica "Falklands Islands". La página fue dada de baja y desde la Secretaría en cuestión se admitió el error. La prensa argentina contabilizó cinco de estos errores por parte de organismos del Estado Nacional en los últimos tres años. Es más, en diciembre del año pasado el embajador argentino en Londres, Carlos Sersale, publicó un mensaje en una página de microblogueo en el que se refirió a los funcionarios británicos de Malvinas como las "máximas autoridades de la isla".
 
A mediados de mayo de este año el Gobierno de la República Argentina otorgó licencias para para la exploración de petróleo y gas en áreas "offshore" del Mar Argentino. Trece empresas manifestaron que invertirán 724 millones de dólares en esos desarrollos. Entre las adjudicatarias se encuentran Equinor y Tullow Oil. Estas dos últimas son objetadas por las autoridades de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur por haber realizado negocios petroleros con el gobierno ilegítimo de las Islas Malvinas. Tullow Oil es británica y trabajó para los kelpers y Equinol es noruega, pero tiene como directora a una mujer que pasó por Tullow Oil y fue la asesora petrolera más importante que tuvo el gobierno kelper.
 
Hemos mostrado mucha simpatía y comprensión por el gobierno de Mauricio Macri pero hay hechos y actitudes difíciles de aceptar. Su política respecto a Malvinas es incomprensible y su descuido de las Fuerzas Armadas es mayúsculo y raya en la falta de respeto. Prueba de ello es el trato que se da a la Armada Argentina en el tema submarinos. El tiempo corre y las elecciones de octubre se acercan. El Presidente Maurico Macri quiere ser reelecto y nos gustaría que mereciera ese privilegio. Aún dispone de cuatro meses para mejorar algunas cosas. De cómo los aproveche dependerá  - al menos en parte - el humor electoral de muchos argentinos.
 
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