MIENTRAS UCRANIA ARDE, EUROPA SIGUE JUGANDO CON FUEGO

15.04.2022 11:59
 
Durante las charlas sobre la reunificación alemana, un proceso que tuvo lugar en 1989 y 1990, se hicieron diversas promesas referentes a la seguridad de Rusia. Los rusos consintieron la fusión de las dos Alemanias pero no totalmente sin condiciones. No hay un acuerdo formal firmado pero sí borradores y copias de las comunicaciones entre diversos políticos y diplomáticos. Así sabemos que el Ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania, Hans-Dietrich Genscher, dijo algo que consta en los registros británicos: "Los rusos deben tener alguna seguridad de que si, por ejemplo, el gobierno polaco abandona el Pacto de Varsovia algún día, no se uniría a la OTAN el próximo". El por entonces Canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl, fue aún más contundente al expresar que "la OTAN no debería expandir su alcance". Quien era el Secretario de Estado de los Estados Unidos, James Baker, no hizo uso del modo potencial y manifestó lo que se convirtió en una frase muy escuchada estos días: "ni una pulgada de la actual jurisdicción militar de la OTAN se extenderá en dirección al este". Baker uso la frase "ni una pulgada (más) hacia el este" en tres ocasiones. Hay al menos 30 documentos que guardan registro de los dichos y compromisos occidentales.
 
Margaret Thatcher
 
La propia Margaret Thatcher en su reunión con Gorbachov en Londres en junio de 1990 aseguró: "Debemos encontrar formas de darle a la Unión Soviética la confianza de que su seguridad estará garantizada". Cuanto más cerca de Rusia está el territorio de la OTAN, menor es el eventual tiempo de vuelo de sus misiles y por ende menor el tiempo de reacción ruso. Después de la unificación alemana se sumaron a la OTAN Hungría, Polonia, República Checa, Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Croacia, Albania, Montenegro y Macedonia del Norte. En el 2008 se le prometió la membresía a Georgia y a Ucrania. Vladímir Putin protestó varias veces, nadie lo escuchó. Días antes de comenzar la guerra, el Secretario General de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, habló de la "nueva normalidad" de la seguridad europea. De algún modo la frase se constituyó en la ruptura formal del trato de "ni una pulgada hacia el este".
 
El 24 de febrero del corriente año, alrededor de las 06:00 hora de Moscú, Putin anunció una "operación militar especial" en el territorio de Donetsk y Lugansk; los misiles comenzaron a impactar en  diferentes lugares de Ucrania, incluida la capital, Kiev. Ahora la posibilidad de que Suecia y Finlandia ingresen a la OTAN, enardeció a Putin. Mientras Ucrania arde, Europa Occidental sigue jugando con fuego.