ORUGAS SOBRE EL HIELO

10.11.2022 19:33
 
Un alto funcionario del Pentágono admitió que la guerra de Ucrania está vaciando los arsenales estadounidenses. El subsecretario Colin Kahl dijo al Defense Writers Group - con sede en Washington - que la administración de los EEUU admite que su ayuda militar a Ucrania agota los arsenales occidentales y crea una presión adicional sobre sus industrias de defensa. "Presión" muy bien aceptada por esa industria, claro. Un ejemplo de lo mencionado es el suministro de armas antiaéreas. Ya hemos escrito de los Aspide y los Hawk españoles y los Hawk estadounidenses. Capítulo aparte son los NASAM, un sistem de alcance medio; versión superficie-aire de un misil aire-aire. Se presume que se entregaron a Ucrania apenas uno o dos de estos sitemas que ganan en eficacia si son usados en red. Es claro que no se puede conformar una red antiaérea con dos unidades del sistema. Todo lo que se describe arriba es anticuado y/o insuficiente; no logra reemplazar los misiles S-300 que tenían los ucranianos y que fueron sistemáticamente destruidos por los rusos. Kiev pierde armas antiaéreas a un ritmo superior al de su reposición y pronto podría quedarse sin una defensa que pueda impedir a la aviacion rusa sentirse completamente a sus anchas. Otra arma que Occidente no logra enviarle a Zelensky en cantidades suficientes son los tanques. La superiroridad rusa en materia de carros de combate se está volviendo abrumadora y cuando el congelamiento del suelo les permita operar, se convertirán en la punta de lanza de una fuerza virtualmente imparable.
 
Mientras todavía no quedan claras las razones que motivaron a los rusos a retirarse de parte de Kherson, hay una muy mala noticia para la ucranianos. Diversos pronósticos meteorológicos indican que habrá un fuerte descenso de la temperatura en menos de una semana y que esas bajas temperaturas persistirán. El suelo podría comenzar a congelarse alguna semana antes de lo previsto y mientras los rusos ya completaron la movilización de 300.000 soldados con cierta experiencia militar, la ayuda de Occidente a Ucrania es cada vez más magra y lenta. Sólo los británicos y los polacos parecen querer seguir jugando al límite de las líneas rojas trazadas por Putin. Por momentos surgen indicios de que estarían dispuestos a cruzarlas. Sea como fuere el frío inclinará la balanza sensiblemente hacia el lado ruso que estuvo preparándose desde hace tiempo para aprovechar un terreno consolidado por el hielo. La superioridad de las fuerzas de Moscú en materia de tanques y otros vehículos blindados de todo tipo es abrumadora; la de su aviación táctica también. Además Rusia es el único país europeo que cuenta con bombarderos estratégicos y los tiene en cantidades que deberían infundir temor a los miembros europeos de la OTAN. Hay un factor muchísimo más importante: Rusia tiene combustible de sobra, al resto de Europa le falta hasta para cubrir sus necesidades más básicas.
 
Quien mira los mapas y los movimientos en algunos sectores del campo de batalla y saca conclusiones sobre algunas maniobras retrógradas ordenadas por Moscú, debe tener en cuenta los factores descriptos arriba. Al Kremlin el tiempo le juega favor, de hecho nunca mostró apuro. A medida que la temperatura siga bajando, Europa Occidental irá quedando paralizada. Entonces las fuerzas de Putin tendrán la posibilidad de comenzar a avanzar sobre una continente cuya logística no alcanza ni para su subsistencia, mucho menos para una guerra. Quien quiera hacer otros cálculos corre el riesgo de equivocarse gravemente.