OTRO GRAN DESATINO BRITÁNICO - EL CAZA DE SEXTA GENERACIÓN "TEMPEST"
18.12.2018 11:27
A principios de este mes se conoció la noticia que España desea unirse al proyecto franco-alemán de un caza de sexta generación de corte futurista. A la vez los españoles señalaron que Holanda e Italia estarían interesadas en sumarse al proyecto británico de un caza de características similares - el "Tempest". Los españoles también dicen que muy probablemente ambos proyectos terminen fusionados en uno común. Con un Brexit por ahora bastante complicado y con Gran Bretaña rechazando de plano su participación en un eventual ejército europeo eso no parece ser tan seguro, máxime teniendo en cuenta la seguidilla de incidentes que se produjo últimamente en Gibraltar. De todos modos las intenciones y predicciones españolas surgieron de su Ministerio de Defensa, de modo que uno asumiría cierto consenso político-militar en la materia.
El problema no pasa tanto por lo político sino principalmente por lo económico y lo financiero. La oficina de presupuestos de Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica (Congressional Budget Office) acaba de estimar que el costo de adquisición por unidad del caza de sexta generación estadounidense (Penetrating Counter Air Aircraft - PCA) será de unos 300 millones de dólares, con el primer aparato entrando en servicio en el 2030. Agrega que "a la luz de los largos tiempos de desarrollo asociados con los F-22 y F-35, sin embargo, la proyección del cronograma de entregas de las aeronaves PCA puede ser optimista"). Todos sabemos qué pasó con los costos del F-35 a medida que su tiempo de desarrollo se fue prolongando - los costos se dispararon. ¿No es optimista, entonces, el costo estimado de 300 millones de dólares?
El proyecto británico del "Tempest" es extremadamente ambicioso y no muy diferente al franco-germano. Ya no importa si ambos se fusionan en uno o no. El Tempest debería empezar a entrar en servicio en el 2035. En los próximos diez años el presupuesto de defensa británico podría perforar un techo deficitario de 26.400 millones de dólares y el guarismo ni siquiera incluye a las fragatas Type 31 que costarían unos 1.575 millones de dólares. A más tardar en cinco años la Royal Navy se quedará sin misiles antibuque pesados y su reemplazo inmediato (si es que lo va a haber) no figura en ningún presupuesto. Gran Bretaña tiene apenas un puñado de aparatos F-35 y son de la variante STOVL. ¿Cuál es el sentido de arriesgarse con un programa de cazas de sexta generación? Para que se le hiciera mínimamente sostenible debería renunciar a desarrollar y construir sus submarinos Clase Dreadnought. No piensa hacerlo.
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