PUTIN RECONSTRUYE PARTE DE LA UNIÓN SOVIÉTICA

31.05.2021 10:57
 
El pasado 15 de mayo el presidente estadounidense Joe Biden levantó las sanciones contra Nord Stream 2, la empresa controlada por Moscú que construye un gasoducto entre Rusia y Alemania. Donald Trump había declarado el ducto como un riesgo geopolítico y para la seguridad logrando detener su construcción. Ahora el mismo sería terminado y conectará Rusia con Alemania pasando por el Mar Báltico, creando un daño ecológico real, un gran riesgo ambiental y esquivando a Ucrania. En lo peor de la última  escalada de tensiones en la frontera ucraniana, Vladimir Putin levantó la voz y dos poderosos buques de guerra estadounidenses que se dirigían al Mar Negro detuvieron su marcha por miedo a una reacción. Vladimir Putin ganó. En lo que a los EEUU respecta, los ucranianos están siendo abandonados a su suerte y miran hacia Moscú con más docilidad.
 
El reciente desvío forzoso por parte de Bielorrusia, con el falso pretexto de una amenaza de bomba, de un vuelo comercial que circulaba entre dos estados miembros de la Unión Europea para permitir el arresto del periodista Román Protasévich y su compañera, fue una afrenta a las más elementales normas internacionales. Los EEUU impusieron sanciones, Europa prohibió sobrevolar territorio bielorruso y las autoridades aeroportuarias de Rusia bloquearon tres vuelos que debían despegar desde la Unión Europea con destino a Moscú, negando a dos empresas aéreas un cambio de ruta tendiente a evitar el sobrevuelo territorio bielorruso. Putin apoyó al autócrata bielorruso Aleksandr Lukashenko, como ya lo había hecho durante las protestas contra Lukashenko del 2020. El mandamás ruso está logrando reconstruir parte de la antigua Unión Soviética, proceso que comenzó con la anexión de la Península de Crimea y aún antes. 
 
Es difícil saber si quien decide en materia de política exterior estadounidense, que dudamos que sea el rápidamente declinante Joe Biden, se equivoca o es cómplice. La segunda opción no debería ser descartada a la ligera. El Demócrata Biden pertenece a la izquierda dura, al igual que buen parte de sus colaboradores inmediatos. En lugar de endurecer su política para con Rusia, Washington organizó una cumbre Biden-Putin que algunos medios medios conservadores calificaron como "una charla de café". Para el colmo la Unión Europea tampoco sabe reaccionar. Los alemanes no quiere a Putin pero sí su gasoducto. Sólo el Reino Unido muestra algo de firmeza real pero claro, ya no es miembro de la comunidad europea como ente político integrador. Los británicos se cansaron de la política migratoria de Angela Merkel y se fueron. No parece arrepentidos y no los culpamos. Volvemos a preguntarnos si en 1989 cayó el muro o se abrió el telón.
 
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