REDUCCIÓN DEL EJÉRCITO BRITÁNICO: ANUNCIOS Y ANÁLISIS

07.06.2012 15:46

 

La noticia ya es oficial. La hizo pública el jefe del Ministerio de Defensa británico (MoD) y la ampliaron otros funcionarios. Algunos detalles se conocerán recién en los próximos meses, pero los lineamientos para la reducción del Ejército Británico ya se dieron a conocer desde las más altas esferas del MoD.

 

El British Army será reducido en 20.000 hombres. Si bien la finalización de la reestructuración está prevista para el 2020, la mayoría de los cambios significativos a nivel de unidades ocurrirán entre el 2014 y el 2016.

 

Se guardan en reserva algunos detalles incómodos. No se dijo a ciencia cierta qué ocurrirá con las unidades escocesas. El gobierno de Cameron no quiere fogonear el nacionalismo escocés desintegrando sus unidades. Lo ingleses dicen que hasta ahora la parte más perjudicada fueron ellos y que no tolerarán así como así la posibilidad de más recortes “desproporcionados”.

 

Por lo demás se confirmó que la logística quedará en manos principalmente de empresas privadas y de los demás socios europeos de la OTAN. Esta afirmación cosechó muchas críticas.

 

En Libia quedó claro que Europa tiene una capacidad logística muy pobre. Fue la parte de la tarea que tuvieron que cumplir los estadounidenses. Llamativamente también reapareció en el escenario la palabra “Falklands”, por Malvinas. Muchos británicos dudan sobre la posibilidad de recibir ayuda europea en caso de una guerra que no fuera de la estricta incumbencia de la OTAN, aun cuando los europeos tuvieran una capacidad logística aceptable.

 

De todos modos, ¿alguien imagina a Grecia apoyando con su logística a una Gran Bretaña envuelta en un eventual conflicto bélico por Malvinas? ¿Lo harían España o Alemania? Ni siquiera la ayuda estadounidense es tomada como probable por los británicos.

 

Las empresas privadas de las que dependería Gran Bretaña en caso de no contar con otro apoyo de suministros de sus socios (¿aliados?), serían de las más diversas procedencias. Las garantías plenas no existirían y - según algunos analistas - quedaría abierta la posibilidad de chantajes políticos o de ineficacia en el cumplimiento.

 

En otro plano, el refuerzo de algunas unidades de infantería provendría de la reserva, que se fue reduciendo a lo largo de los años. También quedarían en manos de la reserva la sanidad, la inteligencia, los servicios informáticos  y hasta la artillería. Los empleadores deberán desprenderse de sus empleados durante el tiempo que estos estén cumpliendo con alguna de esas misiones. No queda del todo claro si los reservistas podrían a negarse prestar servicio, pero en todo caso ese es un obstáculo que se puede resolver cambiando la normativa.

 

Otros servicios podrían quedar en manos de “contratistas privados”, empresas de seguridad privadas que supuestamente darían apoyo a tropas de primera línea. Algunos también mencionaron el “respaldo de seguridad”. En suma, se abrirían las puertas a los mercenarios.

 

Eso trae otros problemas. Uno de ellos es la migración voluntaria de miembros de las fuerzas armadas a empresas de seguridad. Desde ya que el personal más solicitado es el que proviene de las unidades de élite. A los despidos de efectivos se podría sumar una sangría de tropas altamente entrenadas y capacitadas. El golpe a la moral de los que quedarían en el ejército sería múltiple: habría inseguridad respecto a su futuro laboral, se daría la coexistencia con tropas mercenarias motivadas por móviles económicos, no por un sano nacionalismo ni por el espíritu de cuerpo, podría haber diferencias salariales muy marcadas.

 

Podríamos hacer un análisis muy extenso, pero preferimos dejar algunos puntos al criterio de nuestros lectores. Sólo haremos propio - a modo de reflexión final - el comentario del veterano de Bosnia y parlamentario británico, Coronel Bob Stewart: “un ejército de menos de 100.000 hombres ya no es un ejército, es una fuerza de autodefensa”. Admitimos que eso es cuestionable, pero para las pretensiones británicas de influencia mundial, esa es una afirmación valedera.